SI buscas un coche medio con connotaciones premium y has comenzado a plantearte la posibilidad de transitar del octano al kilovatio, el Volvo EX30 puede disipar tus dudas. El nuevo SUV compacto cultiva el depurado diseño escandinavo y lo combina con la última tecnología de impulsión eléctrica. Su concepción minimalista y su manejo simple desconciertan, de entrada, a quienes siempre han disfrutado con un volante entre manos; luego, esos apasionados de la conducción clásica suelen ser los que más celebran las cualidades de este dócil, ágil y austero coche a pilas. Volvo lo vende en tres configuraciones: una envía 272 CV a las ruedas traseras y promete 337 km de autonomía, otra con idéntico esquema y batería más capaz homologa 475 km seguidos, y la tercera obtiene tracción integral instalando un motor por eje (428 CV) y anunciando 450 km de alcance. El EX30 reclama entre 37.500 y 52.141 euros.

Es, sin duda, un desembolso notablemente superior al que exigen modelos de combustión de similar talla. No obstante, esa tarifa saca los colores a algunos de sus rivales directos con impulsión eléctrica, incapaces de competir con la relación calidad-precio-equipamiento del sueco ‘made in China’. Eso lo coloca en buena disposición para hacerse notar en el todavía incipiente mercado eléctrico.

Volvo dota al EX30 de conexión 5G gratuita durante cuatro años. Volvo EX30 exterior

El más escueto de los SUV de la estirpe escandinava plasma los rasgos familiares en su carrocería de 4,23 metros de longitud, 1,84 de anchura y 1,55 de altura; separa su plataforma del suelo 17 cm. El EX30 ocupa, por tanto, 19 centímetros menos de largo que un XC40, que también es 2,5 cm más ancho y casi 10 más alto. Esas comedidas dimensiones explican la menor habitabilidad de la cabina del debutante. El EX30 dispone de dos estupendas plazas delanteras, aptas para ocupantes de distinta corpulencia. Las traseras acomodan a dos adultos de talla media, brindando menos sitio para las piernas que desahogo para la cabeza. El maletero, de cómodo acceso y proporciones regulares, tampoco bate el récord de capacidad: tiene 318 litros, a los que se suman los 7 del cofre delantero.

El carácter innovador del nuevo Volvo se percibe nada más acercarse. No sorprende la apertura sin llave, al menos no tanto como sentarse al volante y descubrir que tras él no hay el habitual cuadro de mandos. Todos los controles e informaciones aparecen repartidos entre el propio volante y la amplia pantalla táctil vertical que parece levitar en mitad del salpicadero. Por no haber no hay ni botón de arranque; el coche emprende su avance al engranar la D en la palanca selectora de marcha. Tampoco hay, claro está, freno de estacionamiento convencional.

La pantalla central permite prescindir del cuadro de instrumentos. Volvo EX30 interior

Así que lo primero es habituarse a un escenario atípico. Al principio, cuesta un poco debido a la inusual configuración de la cabina, y la vista busca la instrumentación donde no está. Poco a poco se aprende a desviar la mirada a la derecha para comprobar a qué velocidad se circula, cuánta batería queda o dónde nos lleva el navegador; hasta los reglajes de los retrovisores laterales se ajustan por medio de la pantalla de 12,3 pulgadas.

La conducción no requiere mucho más esfuerzo que vigilar el tráfico y dosificar la presión sobre el acelerador y el freno a fin de fomentar la autonomía. Como buen eléctrico, el EX30 es un poco bipolar: circula con sigilo y sosiego, pero reacciona vertiginosamente a un pisotón del pie derecho, acelerando de 0 a 100 km/h entre 5,7 y 3,6 segundos, dependiendo de la motorización. Esta cualidad propicia adelantamientos ágiles e incorporaciones a vías rápidas más seguras, pero recurrir a ella con asiduidad consume la batería e impide llegar lejos. Las personas partidarias de practicar una conducción más artesanal echarán de menos detalles como las levas de cambio o la posición B de frenada regenerativa en el selector de modos de avance (esta función se activa por medio de la pantalla).

La firma nórdica asigna al modelo tres definiciones de producto consecutivas (Core, Plus y Ultra). Muestran un refinamiento progresivo, en ningún caso suntuoso. La confección interior recurre a una mezcla de materiales sintéticos y naturales, a veces procedentes del reciclaje, con aspecto pulcro y sensación de minucioso montaje. Las diferencias entre las distintas ejecuciones guardan más relación con las dotaciones que con el lujo. No obstante, la versión de partida llega bien provista: programador de velocidad activo, sensores traseros de aparcamiento, cámara de visión trasera, alerta por cambio involuntario de carril, sistema de detección de obstáculos en el ángulo muerto, faros LED, conexión 5G gratuita durante cuatro años (con actualizaciones de software online), cargador de 11 kW y cable de 22 kW, etc.

El año que viene, el EX30 comenzará a ensamblarse en Bélgica, además de en China. A final de esta temporada Volvo prevé poner en la calle una interpretación Cross Country del modelo. Tendrá plataforma realzada y vestirá atuendo campero (protecciones de fibra en los extremos, los flancos y los pasos de rueda).