Los automóviles del mañana quitarán trabajo al ser humano. A medida que la conducción se va automatizando, el manejo de un coche es menos artesanal. Antes de lo que imaginamos, el conductor será un pasajero más, encargado únicamente de supervisar algunas funciones de un vehículo cada vez más autónomo. Basta comparar un coche de finales del siglo XX con otro contemporáneo para constatar el progreso. Uno de sus grandes impulsores es Mercedes-Benz, que anuncia ahora que sus modelos en Europa van a incorporar el cambio automático de carril. Esta función propicia maniobras tan sorprendentes como el adelantamiento de vehículos lentos sin intervención humana.

Coincidiendo con la llegada del nuevo Clase E, la firma de la estrella introduce en su oferta este recurso de asistencia a la conducción. La marca trabaja en la adaptación a la realidad del tráfico y a la legislación europeas de esa tecnología, al alcance también del Clase C, del Clase S y de los EQ. La nueva funcionalidad forma parte del sistema Distronic con asistencia activa a la dirección.

Gracias a ella, al detectar un vehículo más lento delante, el propio puede iniciar por sí mismo un cambio de carril para rebasarlo. El sistema que lo posibilita puede actuar en la franja de velocidad de 80 a 140 km/h, siempre que perciba marcas viales en el carril, disponga del espacio de seguridad suficiente para la maniobra y la carretera muestre límite de velocidad. Otro requisito previo esencial es que el modelo de Mercedes-Benz esté provisto del sistema MBUX Navigation. Este sofisticado recurso no requiere intervención adicional del conductor para ejecutar el cambio automático de carril.