A quien considera que el espacio es un lujo, la propuesta Estate del Clase E no puede por menos que cautivarle. La nueva declinación con envase familiar suma a las múltiples cualidades de la berlina alemana otra determinante: la amplitud. La fórmula que Mercedes-Benz propondrá a partir de otoño plasma una agraciada combinación de refinamiento, practicidad y tecnología punta.

Sobre la misma base del formato sedán de tres cuerpos, los diseñadores de la firma han ideado un automóvil de esbelta figura y superior capacidad, no exento de una notable deportividad. El Estate es más capaz, pero no más grande. Precisa el mismo hueco para aparcar que un Clase E convencional, es decir, 4,95 metros de largo y 1,88 de ancho; mantiene invariables la altura (1,47 m) y la separación de los ejes (2,86 m).

Lo que marca la diferencia, como siempre en un coche de hechura familiar, es la silueta trasera. Lo hace prolongando el techo hasta rebasar la vertical del tren posterior, para culminar la zaga con un portón vertical ligeramente inclinado. De este modo se logra expandir la popa y procurar una mayor habitabilidad a la cabina. No se trata solamente de aumentar el volumen, sino de generar una sensación de superior desahogo a bordo. Y, por lo visto, el Clase E Estate alcanza ambos objetivos. La cabida del portaequipajes aumenta hasta brindar un máximo de 615 litros a cubierto (la motorización híbrida enchufable se queda en 460), y bastantes más si se aprovecha el espacio retirando la bandeja que lo cubre.

Salvando estas determinantes diferencias formales, el Estate es un Clase E con todas las consecuencias. Y eso supone estar a la última en diseño, tecnología y dotaciones de seguridad y confort.

En su primera comparecencia en el mercado, fijada para después de verano, el familiar va a proponer tres motorizaciones. Dos tienen estructura de cuatro cilindros y adoptan hibridación ligera. Son la diésel E220d y la gasolina E 200, con 197 y 204 caballos, respectivamente. Además, el Estate va a plantear una interpretación motriz híbrida enchufable. Es la E300e, que asocia el motor de combustión interna del E200 con otro bloque eléctrico de 95 kW (125 CV), obteniendo así un rendimiento conjunto de 230 CV. Este sistema de impulsión mixta aprovecha su plus de potencia para mostrar reacciones más ágiles (recorta el 0-100 km/h, dejándolo en 6,5 segundos). Otra ventaja es que permite cubrir hasta 113 km en modo 100% eléctrico, sin emisiones de dióxido de carbono.