En Navarra, regalar o compartir un producto que capture la esencia de esta tierra es fácil: la txistorra. En una región arraigada en tradiciones culinarias, la txistorra se alza como un auténtico icono gracias a su historia, sabor y calidad. Ahora, su futuro se vislumbra aún más brillante al recibir el reconocimiento de Indicación Geográfica Protegida (IGP), formando parte de la distinguida marca Reyno Gourmet, subrayando su relevancia en el panorama gastronómico nacional.

Un vínculo entre pasado y presente

La txistorra, presente en Navarra desde principios del siglo XIX, fusiona pasado y presente en su esencia culinaria. Con raíces en la economía familiar navarra, vinculada tanto a la agricultura como a la cría de animales, este alimento refleja la tradición de la matanza del cerdo, un ritual que aseguraba el abastecimiento de productos cárnicos durante los meses de invierno.

La Chistorra de Navarra / Nafarroako Txistorra / Txistorra de Navarra ha obtenido recientemente la protección nacional transitoria como IGP en agosto, otorgada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Este hito no solo certifica su calidad excepcional, sino también su procedencia, resaltando su autenticidad y su arraigada historia en Navarra.

A día de hoy, este excelente producto ya no está tan ligado a la matanza estacional, ya que las empresas cárnicas navarras y carniceros artesanos producen este embutido todo el año.

Este manjar forma parte de la gastronomía de muchos pueblos navarros, y es que el secreto de su éxito reside en la sencillez de sus ingredientes

Este manjar forma parte de la gastronomía de muchos pueblos navarros, y es que el secreto de su éxito reside en la sencillez de sus ingredientes: carne de cerdo magra y grasa, pimentón, ajo y sal. El resultado, todos lo conocemos: un embutido delicioso, con perfil delgado, forma cilíndrica uniforme y tonalidad rojiza, gracias al pimentón que alegra los estómagos desde el primer mordisco.

Desarrollo de la nueva marca

Para la definición del producto se tuvieron en cuenta estándares sensoriales, parámetros físico-químicos y nutricionales de las distintas txistorras presentadas a los concursos organizados por el Gremio de Carniceros desde hace más de 18 años. Además, de los datos aportados por empresas elaboradoras, y estudios realizados durante años por la Universidad Pública de Navarra (UPNA).

Actualmente la txistorra se puede degustar en cualquier época del año.

En los citados concursos se tuvo en cuenta tanto parámetros del producto en crudo -como el tipo de tripa, color y textura- como del producto ya cocinado, y cómo según su composición, afecta al color, aroma, ausencia de ternillas y sabor residual y, por tanto, son más apreciadas desde el punto de vista sensorial. 

Cómo degustarla

La forma tradicional de disfrutar la txistorra es a la parrilla o en sartén, servida sobre una base de pan crujiente, mezclando a la perfección sus sabores. Aunque su presentación clásica es la preferida, su versatilidad permite disfrutarla de diversas maneras, convirtiéndose en un ingrediente común en muchos platos de bares y restaurantes de la región.

Los hay quienes se decantan por su formato clásico, otros que la degustan integrada en otros platos como la croqueta o la tortilla. Pero es que, además, la txistorra puede convertirse en el plato principal de una comida añadiéndola a guisos, arroces, pasta o en una clásica y típica ‘cazuelica’. Un sinfín de posibilidades para satisfacer a todos los paladares.

La nueva IGP: Un sello de calidad y perspectivas prometedoras 


La Chistorra de Navarra / Nafarroako Txistorra / Txistorra de Navarra ha obtenido recientemente la protección nacional transitoria como IGP en agosto, otorgada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Este hito no solo certifica su calidad excepcional, sino también su procedencia, resaltando su autenticidad y su arraigada historia en Navarra. En la IGP se reconocen dos tipos de eleboraciones:


1.- En tripa natural de cordero sin conservantes (etiqueta verde).

2.- En tripa de colágeno comestible con conservantes, para permitir un mayor periodo de consumo y así poder envasar el producto para su comercialización (etiqueta roja).