El Gran Premio de China regresa este fin de semana al Mundial cinco años después de un parón de cuatro temporadas por el coronavirus, reencontrándose ahora con una F1 que domina Red Bull y Max Verstappen, favorito para repetir triunfo en Shanghái, aunque Ferrari atraviesa su mejor momento de los últimos años, gracias en gran parte a un Carlos Sainz al alza y dispuesto a confirmarse como alternativa a los energéticos. Tras un parón de dos semanas, el Gran Circo vuelve a la acción y también en Asia, después del último Gran Premio de Japón, en el que Red Bull se vengó del triunfo de Carlos Sainz en Australia. El madrileño es el único que ha sido capaz de bajar del primer cajón del podio a Max Verstappen esta temporada, empeñado en confirmarse como la opción real a desbancar a unos Red Bull que, aún así, siguen siendo los principales favoritos.

En Suzuka, Mad Max recordó, tras su abandono en Melbourne, que es el rey del Mundial, y junto a Checo Pérez se alzaron con otro doblete, como ya hicieron en Baréin y Yeda, y ahora deberán examinar su aparente dominio en el trazado de Shanghái. Será un reto casi desde cero, ya que no se corre en China desde 2019. Un escenario completamente nuevo al que hay que añadir el estreno de la Sprint Race, que prueba un nuevo formato. La mayor variación será en la estructura, con solo unos libres antes de la calificación para el esprint de este viernes. Mañana se correrá la carrera corta de 100 kilómetros.