Nueva cita con la historia para Max Verstappen. El bicampeón mundial firmó en el Gran Premio de Italia su décima victoria consecutiva, lo que le convierte en el piloto con más triunfos seguidos de la historia. “Es una bonita estadística. Nunca pensé que sería posible”, celebró. Nadie parece capaz de poder poner freno a una racha que ha convertido el campeonato de Fórmula 1 en una oda a las prestaciones del monoplaza Red Bull y a la destreza del neerlandés, tenaz y ambicioso hasta la saciedad, impasible al volante, lo más parecido a la perfección.

Ferrari pretendía detener los días de gloria de Verstappen, que el sábado perdió la pole en favor de Carlos Sainz. Espoleada la escudería italiana por rodar en Monza, donde afloran las virtudes de un coche que rinde mejor con largas rectas y curvas rápidas, el madrileño retuvo la condición de líder de carrera una vez lanzada la carrera. 

Desde ese momento, Sainz fue víctima de un acoso incesante. Verstappen se alojó como prolongación del Ferrari. Terrorismo psicológico. El paciente neerlandés parecía jugar con su presa antes de lanzar el ataque. Llegó el momento de la activación del DRS. Entonces Verstappen se aproximó todavía más. “Veo que Carlos está deslizando, o sea que todo bien”, expresó macabro Verstappen, que celebraba el mal comportamiento de los neumáticos del Ferrari.

La calma de Mad Max se agotó en el sexto giro al protagonizar una maniobra que resultó imprudente pero que bien caracteriza al agresivo Verstappen. Lanzó el coche por el exterior en la entrada de la chicane y Sainz cerró la puerta. Verstappen levantó el pie del acelerador. Estuvieron cerca de contactar. No había espacio. “Ha sido sucio”, protestó el neerlandés sin razón, dado que Sainz tenía ganada la posición. “Buen movimiento”, jalearon a Sainz por radio. Fue una acción innecesaria por parte de Verstappen, que de nuevo se abonó a la prudencia, recuperando la estrategia de presionar de manera asfixiante a Sainz.

Verstappen se cocinó el adelantamiento a fuego lento, analizando con detalle cada recodo. “Ferrari corre mucho en las rectas”, reportó. El examen terminó en la vuelta 15: Sainz se pasó de frenada y Verstappen salió con mayor tracción del ángulo para ganar la primera posición. “He intentado mantenerme paciente; tan solo he tenido que escoger mi momento”, repasó, sobrado, Mad Max. Se zanjó cualquier posible incertidumbre sobre la pugna por la victoria. El neerlandés giró a ritmo de vuelta rápida y adiós. Otra día en la oficina para Verstappen, que terminó asegurando que “nos lo hemos tenido que currar mucho”. No transmitió esa sensación. “Por favor, Max, deja de ganar”, se podía leer en pancartas del público.

Sainz es elegido Mejor Piloto del Día

La atención se centró en la progresión de Sergio Pérez, que desde la quinta plaza acabó acechando el segundo puesto de Sainz, que de nuevo se vio presionado, sometido a una fuerte presión. El mexicano terminó consiguiendo la segunda plaza después de una intensa batalla. Por su defensa de la posición primer con Verstappen, segundo con Pérez y por último con Charles Leclerc, Sainz fue elegido por el público como Mejor Piloto del Día.

“No ha podido ser más de lo que ha sido hoy. Ha sido durísimo. He estado toda la carrera defendiéndome. He conseguido terminar tercero, pero ha sido complicado. Lo he dado todo”, valoró Sainz, autor de su primer podio de la temporada.

Y es que Sainz también tuvo que lidiar con su compañero de equipo, con quien compite además por ser el primer piloto de Ferrari en el campeonato. Fue un bonito duelo que pudo terminar muy mal. Leclerc llegó a contactar con el madrileño. “Traigamos esto (por el resultado, un tercer y un cuarto puesto) a casa”, reclamó Sainz para dar fin a la pelea. “No tomes riesgos, pero carrera hasta el final”, ordenaron a Leclerc desde el garaje. El monegasco no cesó en su intento de subirse al cajón. Los Ferrari, en su competencia con Sergio Pérez, fueron grandes animadores de la carrera. Aunque cierto es que Ferrari, al permitir la disputa entre sus dos pilotos, pudo arruinar sus resultados. “Hace mucho que no me divierto tanto. Ha sido un poco al límite”, manifestó por su parte Leclerc.

“Fue lo máximo a lo que podíamos aspirar”, sentenció Pérez por su parte. El mexicano concedió a Red Bull el sexto doblete del año. “Me siento mejor en el coche”, manifestó sobre la configuración de su máquina. Pese a ello, permanece muy distanciado del piloto que corre con su mismo monoplaza y que a la vez posee ya una ventaja de 145 puntos en el Mundial. Cabe recordar que la mayor diferencia de la historia entre el primer y el segundo clasificado fue de 155 puntos. La firmó Sebastian Vettel (Red Bull) sobre Fernando Alonso (Ferrari) en 2013.

Precisamente Alonso vivió un aciago fin de semana. El ovetense venía de firmar una segunda posición en los Países Bajos, pero el sábado protagonizó su peor posición para la parrilla de salida de la temporada. Desde el décimo lugar, perdió una plaza en los compases inaugurales y finalmente ascendió hasta el noveno puesto. El bajo rendimiento del Aston Martin en Monza quedó reafirmado con la decimocuarta plaza de Lance Stroll. “Seguramente ha sido la carrera más difícil, la más física hasta ahora; el coche era muy difícil de conducir. En carreras así, hay que sumar puntos y nos llevamos dos”, valoró Alonso.