EL descenso del desempleo es siempre una buena noticia que, sin embargo, debe ser analizado con cautela y la suficiente profundidad para no caer en interpretaciones erróneas. Las cifras dadas a conocer ayer por el Departamento de Trabajo y Empleo del Gobierno vasco y el Servicio Navarro de Empleo (SNE) para el conjunto de la CAV y Nafarroa reflejan una disminución del número de personas desempleadas en el mes de abril y un aumento en el número de cotizantes. Así, Euskadi se mantiene por encima del millón de afiliados a la Seguridad Social y comparte con Nafarroa de nuevo una cota máxima histórica del empleo. Además, en la Comunidad Foral el número total de parados se sitúa en 30.241, su cifra más baja en un abril desde 2008. Datos que invitan al optimismo y que reflejan la buena evolución de una de las mayores preocupaciones de la sociedad: tener trabajo. También es un incontestable síntoma de la fortaleza en la que se encuentran ambas economías, capaces de la creación de puestos de empleo. Sin embargo, y sin desmerecer la relevancia socioeconómica de los datos aportados, se impone un cierto ejercicio de contraste y análisis pormenorizado de las cifras conocidas ayer. Así, destaca que fue el sector servicios el que generó de nuevo mayor número de contrataciones, seguido en menor medida por la industria o la construcción, lo que refleja la alta dependencia de la contratación en un ámbito donde la temporalidad juega un papel importante. Asimismo, los datos también reflejan un importante descenso del paro entre la población joven, franja poblacional para la que se han articulado medidas de acceso al mercado de trabajo que deben ser evaluadas para que las mismas sean garantes del logro de un empleo de calidad. Y es que no puede pasarse por alto que un alto porcentaje de los contratos firmados tanto en la CAV como en Nafarroa fueron de carácter temporal. Constituyen apuntes, en todo caso, que deben mantener activas las alertas para la protección, especialmente, de los sectores más vulnerables en la búsqueda de empleo, como son los jóvenes o las mujeres. “Debemos seguir esforzándonos, no somos autocomplacientes”, afirmó ayer la directora gerente del SNE, Miriam Martón. Ese y no otro debe ser el objetivo para todos por igual.