La inversión es una de las palancas que permiten hacer una industria más competitiva. Permite, al mismo tiempo, innovar y dar proyección internacional a las empresas. El año 2022, pese a todos los contratiempos que se experimentaron por el efecto de la inflación, fue positivo para las empresas vascas del sector. Eustat informó ayer de que la inversión industrial aumentó casi un 40% -concretamente, un 39,8- en el ejercicio 2022, superando los 2.500 millones de euros por vez primera desde el año 2009. 

El año 2022 estuvo marcado por la prolongación del crecimiento que se vivió el año anterior, fruto del efecto rebote en la economía tras el levantamiento de las restricciones derivadas de la pandemia. La invasión rusa de Ucrania destapó el problema de la inflación que venía gestándose con anterioridad, al tiempo que desnudaba la dependencia, por parte de Europa, de la energía barata que proporcionaba Moscú. No obstante, el clima de optimismo qué marcó la salida de la recesión pandémica se trasladó a todos los sectores productivos. Mucha de esa inversión desarrollada en 2022 había quedado congelada por el impacto de la covid. De hecho, en 2020 la inversión de la industria vasca decreció un 13,5%, mientras que en 2021 experimentó una leve subida (1,2%). Desde el año 2009, el último ejercicio antes del impacto de la Gran Recesión financiera, no se registraba un valor tan alto. 

El informe de Eustat también se detiene en las estadísticas relativas a la cifra de negocios de la industria en la CAV en 2022, que fue un 27% superior a la de 2021. El buen año de las exportaciones, que también crecieron con fuerza, impulsó ese dato, así como también el de volumen de ingresos totales, que fue de 74.642 millones de euros, el más elevado de la serie histórica. 

De igual manera, el valor añadido bruto a coste de factores, alcanzó los 16.650 millones de euros, un 15,2% superior al obtenido el año 2021, el segundo más elevado de la historia tras el de 2008. Este indicador mide el valor económico de la producción total de bienes y servicios descontando los recursos que han sido necesarios para su producción, las subvenciones y los impuestos indirectos. Otro balance significativo es el que supone la productividad. En 2022, el sector industrial vasco registró una productividad laboral aparente -el rendimiento de una unidad de trabajo aplicada al proceso productivo- de 81.308 euros por persona empleada, un 13,6% superior a la de 2021. Al mismo tiempo, la recuperación del sector permitió también la mejora en la creación de puestos de trabajo. El total de personas empleadas en el sector se situó así en 204.774, 2.824 personas más que en el año 2021 y que, en su conjunto, trabajaron un 2,5% más de horas. Los gastos de personal aumentaron un 6,6%; no obstante, en términos de productividad laboral ajustada por salarios, ese indicador aumentó un 8% con respecto a 2021.

Por sectores, los más importantes en términos de valor añadido fueron, en 2022, la fabricación de productos metálicos; la composición de productos de hierro, acero y ferroaleaciones; y la fabricación de maquinaria. Entre los tres acumulan casi el 40% del valor añadido y la mayor parte del empleo del sector. No obstante, Eustat señaló también que, en lo que se refiere al valor añadido total, los sectores de coquerías y refino de petróleo y suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado constituyen los grandes forjadores del aumento del valor añadido, aunque tan solo ocupaban el 0,5% y el 1,2%, respectivamente, de personas empleadas en la industria vasca. 

El importe de la cifra de negocios se elevó “considerablemente” en los tres territorios, pero es en Bizkaia donde más se dejó notar esa subida, según Eustat. De este modo, de los 15.884 millones de euros más facturados a lo largo del año 2022 en el conjunto de la CAV, Bizkaia absorbió 9.827 millones, el 61,9%, como consecuencia de que su cifra de negocios se disparó un 38,1%. En Álava, también se acelera un 23,5%, mientras la subida en Gipuzkoa, aún considerable, comparativamente se limita al 14,8%. Estos resultados se trasladaron, de igual manera, al valor añadido bruto generado por la industria en cada Territorio Histórico. Así, esta magnitud en 2022 fue un 26,9% superior a la de 2021 en Bizkaia, un 10,9% en Álava y un 6% en Gipuzkoa.