Repasamos con la responsable de salud financiera de BBVA las claves para dominar tus finanzas.

¿Qué podemos entender realmente por salud financiera y por qué un banco quiere impulsar este concepto?

—BBVA entiende la salud financiera como un viaje de cuatro pasos, que empieza con el control del día a día, alcanzar un equilibrio entre ingresos y gastos, sigue con el ahorro y generar un colchón frente a imprevistos, continúa con la gestión de la deuda para que esta sea asumible y se completa con la planificación para el futuro. La gestión del dinero es una de las principales causas de estrés después de la preocupación que nos genera no disponer de una buena salud física, según avalan diferentes informes. Por esta razón, desde BBVA siempre hemos querido acompañar a nuestros clientes para ayudarles a tomar las mejores decisiones. Está en nuestro ADN. Lo hemos hecho siempre a través de nuestros gestores, en las oficinas, pero la tecnología nos ha permitido extenderlo a más clientes. De hecho, dos de cada tres clientes de BBVA en España utilizan la app para gestionar su salud financiera, según los datos del 2022.

Como experta ¿Qué consejos nos puedes dar para alcanzar una buena salud financiera?

—Lo principal y la base de todo es el control y conocimiento de nuestros gastos, y cómo son respecto a lo que ingresamos. Es importante conocer en qué estamos gastando y, en esto, tratamos de ayudar al cliente con herramientas en nuestra app, que incluyen secciones comparativas de ingresos y gastos, información de gastos fijos que se repiten cada mes, o movimientos previstos que ayudan al cliente a anticiparse. Además, también pueden tener una radiografía exacta de aquellos gastos diarios que vamos haciendo sin darnos cuenta, al tiempo que pueden recibir notificaciones cuando algo se sale de lo habitual y hay que prestarle especial atención. El control de los gastos debería ser algo que todo el mundo incluya como rutina, es universal y no solo quien tenga dificultades financieras debería hacerlo. Una posible guía puede ser aplicar la regla del 50/30/20, que supone destinar el 50% de los ingresos a gastos imprescindibles, el 30% a otro tipo de gastos importante pero de los que podríamos prescindir en un momento dado, como ocio o restauración y, finalmente, el 20% restante a ahorro. Esta pauta puede ser muy útil para conseguir este objetivo de establecer un límite saludable en los gastos, marcarnos límites de gasto en ciertas cosas prescindibles y tratar de que a fin de mes quede algo para el ahorro. Esa cantidad que vamos consiguiendo no gastar cada mes, lo ideal sería ir apartándola para, poco a poco, conseguir un colchón financiero frente a imprevistos. Lo ideal sería tener el equivalente a unos 6 meses de gastos ahorrados, pero esto dependerá de la situación de cada persona y su núcleo familiar. Con este colchón y una vez superada esa cantidad, se podría pensar en poner una cantidad a trabajar a través de mecanismos que no haga que su ahorro pierda valor con el paso del tiempo.

La actual situación de inflación y tipos de interés altos no ayudan al ahorro ¿Cómo se puede trabajar en conseguir tener una buena salud financiera en este tipo de circunstancias?

—En todos los momentos de nuestra vida se hace imprescindible disponer de una buena salud financiera pero, efectivamente, en momentos como el actual, con un incremento de los precios, por ejemplo, la salud financiera y, más concretamente, el control de gastos, cobra más importancia. Por tanto, lo primordial es adquirir las pautas y el conocimiento necesario para poder gestionar nuestra economía en cualquier contexto, sea el que sea.

¿Qué hay que pensar y valorar antes de darse un capricho o hacer un gasto fuera de lo común? ¿Y antes de endeudarse?

—Hay que analizar cada paso que damos para saber si nos lo podemos permitir o no. Como comentaba antes, hay una serie de gastos importantes y vitales para los que habitualmente tenemos que destinar una parte importante de nuestros ingresos y también una parte importante al ahorro. Cómo lo gestionemos depende de nosotros mismos y de nuestra situación. Puede que haya meses que podamos hacer gastos extra o caprichos y puede que haya otros meses que no. Por otro lado, en el caso de adquirir deuda, es importante disponer de una deuda asumible para que no nos consuma todos nuestros ingresos y podamos atender el resto de gastos y, sobre todo, planificar bien.

¿Consideras que hay suficiente formación en salud financiera? ¿Cuándo se debería comenzar a informarse sobre esta cuestión?

—En España, en general, debemos seguir trabajando en la educación financiera. Hay otros países, como los anglosajones, donde la educación financiera se trabaja desde pequeños. Cada vez hay una mayor concienciación gracias a iniciativas del sector financiero o de instituciones públicas. Pero, todos tenemos esa responsabilidad, también en nuestras casas, para promover una mayor gestión entre las futuras generaciones, porque así avanzaremos mejor como sociedad. Como casi todo, lo mejor es aprenderlo desde jóvenes, porque así, todo ese conocimiento nos acompaña durante gran parte de nuestra vida y nos ayuda a afrontar mejor las situaciones. Con la salud financiera ocurre igual. Cuanto antes nos concienciemos y aprendamos a gestionar nuestros ingresos y gastos mejor. En el caso de los jóvenes, podemos trabajar con ellos, por ejemplo, pautas para gestionar bien sus pagas, o el dinero de su cumpleaños, enseñarles a gastar adecuadamente y a apartar una parte para el ahorro. Ahora la tecnología nos brinda una oportunidad única para conseguirlo, ya que los jóvenes son nativos digitales y el móvil les acompaña siempre.

¿Qué herramientas ofrece el banco a sus clientes? ¿Y para que los jóvenes aprendan a gestionar la salud financiera?

—En el equipo de SF de BBVA apostamos por una democratización de los datos, que el cliente vea reflejada su realidad financiera, pueda analizarla y sienta confianza a la hora de tomar una acción sobre su economía. Y además ponemos a su disposición las herramientas necesarias para facilitarle esas acciones. La tecnología y el uso de los datos nos ha permitido avanzar mucho en los últimos años, porque hemos creado herramientas proactivas, personalizadas y accionables a un sólo clic, para ofrecer una experiencia conveniente y sencilla.

Por ejemplo, sabiendo lo que gasta en diferentes categorías como ocio, transporte o compras, el dinero que paga en suscripciones de plataformas digitales o revistas on line, podrá tomar acciones sobre sus gastos mensuales y alcanzar un equilibrio entre ingresos y gastos. Esta información la tiene el cliente en la app en la sección de Mi día a día, donde además tendrá la posibilidad de crear presupuestos para controlar el gasto en las categorías donde considere que debe tener mayor control.

Para ese equilibrio de ingresos y gastos es fundamental también saber cuánto destina a pagar su deuda mes a mes y poder gestionarla para que ésta sea asumible acorde a sus ingresos, y también le ofrecemos información sobre ello en la app de BBVA.

Una vez que tengamos ese control entre ingresos y gastos, llegará el momento de empezar a ahorrar y a generar un colchón financiero para imprevistos. Para ello, tenemos la cuenta metas, que es como una cuenta de ahorro en la que podemos apartar el dinero de nuestra cuenta habitual, y las reglas del Programa tu Cuenta para ir haciendo traspasos a esa cuenta de ahorro. Además, con esta herramienta podrá elegir distintas formas de ahorro que les encaje más: si el cliente prefiere apartar el ahorro a inicio de mes para no tenerlo disponible para gastar, tiene la regla de ahorro nómina que aparta un % o una cantidad fija de la nómina cada mes, o si prefiere tenerlo en la cuenta todo el mes y ahorrar lo que sobra, tiene la regla de ahorro a fin de mes, o si además al cliente le resulta cómodo ahorrar guardando las vueltas de cada compra, tenemos la regla de redondeo, para ir guardando esos céntimos que sobran de cada compra con tarjeta.

En el momento en el que el cliente tiene su colchón financiero cubierto, es momento de tratar de hacer crecer sus ahorros a través de la inversión, por ejemplo, y BBVA Invest es una herramienta para contratar fondos de inversión de manera personalizada, y luego poder hacer seguimiento de esa inversión de manera sencilla y práctica.

También tiene la posibilidad de ver todo su patrimonio de un simple vistazo. El cliente puede conocer cuál es su situación financiera en todo momento: lo que tiene en sus cuentas, lo que tiene invertido, el valor estimado de su vivienda y la suma de lo que debe en hipoteca o préstamos.

De esta forma le damos la visión completa al cliente necesaria para gestionar sus finanzas personales: desde el día a día de sus ingresos y gastos hasta la visión global de su economía y de su patrimonio.

Y por último, el cliente va a ir recibiendo mensajes personalizados de manera proactiva dentro de la app tanto con eventos relevantes que hayan ocurrido en su transaccionalidad, como recibos mayores de lo habitual, gastos elevados que se aproximan, como con oportunidades de ahorro como puede ser ingresos extra o mayores de lo habitual que pueden ser útil aprovecharlos cuando estás generando ese colchón.

Alrededor de 4 millones de clientes usan estas funcionalidades. Esto refleja que a los clientes les resultan útiles estas funcionalidades para organizar su economía y con su uso también hemos observado un cambio de comportamiento financiero que ha permitido que los clientes que las usan tengan saldos hasta un 8% mayores que los que no las usan.

¿Cómo pueden las personas establecer un plan financiero a largo plazo que sea sostenible y beneficioso para su salud financiera?

La planificación y el control de su economía es clave para poder tener unas buenas finanzas y que esto sea sostenible en el tiempo. Crear los hábitos necesarios para que esto ocurra, que nos permita hacer una buena gestión y no tener sobresaltos, o los menos posibles. Como comentábamos al inicio, el plan para tener una mejor salud financiera consiste en seguir 4 pasos de manera sostenida en el tiempo: tener un control de lo que gastamos para alcanzar un equilibrio con los ingresos, conseguir ahorrar lo suficiente para tener un colchón financiero frente a imprevistos que idealmente no se toque para gastos habituales, que en el caso de necesitar financiación, la deuda total sea asumible y, por último, la planificación a futuro.