El 16 de julio de 1945 el ser humano descubrió que podía alcanzar una capacidad destructora sin límites a través de la prueba Trinity, la primera detonación nuclear. Veintiún días después la bomba atómica se puso a prueba en Hiroshima, y tres días más tarde, en Nagasaki. Fue ahí cuando se constató su alcance y el mundo cambió por completo. En aquel momento murieron 200.000 personas. Sin embargo, a pesar de la terrorífica magnitud de Little Boy y Fat Man, una gran multitud de países han llevado a cabo más de 2.000 pruebas nucleares. De estos ensayos se grabaron miles de vídeos y ahora muchos de ellos se han recopilado en una película que muestra, de la mano de Beatriz Caravaggio, el descontrol que provoca una ciencia carente de valores humanísticos.

El trabajo, que se ha desarrollado bajo el nombre Out of Control. Reports of the Athomic Bomb (Fuera de control. Informes sobre la bomba atómica) y por encargo de la Fundación BBVA, se presentará desde hoy miércoles y hasta el 2 de junio, en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Son 50 minutos de vídeos distribuidos en cuatro pantallas que se reproducen de forma simultánea para ofrecer al espectador diferentes puntos de vista de un mismo tema. El lenguaje natural de la película es el inglés: los documentos desclasificados, los materiales de archivos que se utilizan... Es decir, la materia prima está en ingles, aunque tiene subtítulos en castellano. Sin embargo, los relatos de los supervivientes se reproducen en japonés. En la película se muestran imágenes que ilustran el temor subyacente a las armas nucleares durante la Guerra Fría y las recetas o protocolos de las autoridades para hacerle frente.

“Cuando recibí el encargo, la Fundación BBVA me propuso tres temas entre los que elegí el armamento nuclear por las enormes consecuencias que ha tenido y tiene para la humanidad, para la vida en la Tierra, como amenaza latente existencial, y también porque veía un potencial artístico enorme en él”, explica Caravaggio. “Tuve claro desde el inicio qué parte o faceta de la historia quería contar”, asegura. No es la primera vez que Caravaggio realiza un encargo de este tipo. También a propuesta de la Fundación BBVA, la artista creó Different Trains a partir de la partitura del mismo título del compositor Steve Reich. Según detalla Caravaggio, “hay cierta continuidad con Different Trains, ya que los hecho narrados pertenecen a la misma época, la década de los 30 y 40 del siglo pasado y la Segunda Guerra Mundial, el holocausto y el desarrollo de la bomba atómica”. Sin embargo, su nueva obra hay un cambio sustancial, que es que en Out of Control han sido las imágenes y la narrativa visual las que han marcado la pauta para la música, encargada por la propia artista al músico danés Klaus Nielsen.

Sobre la exhibición en formato multicanal con cuatro pantallas, la artista indica que quiso investigar, dar un paso más y comprobar hasta dónde le podía llevar el uso de material de archivo. “Me enfrenté a un problema y era cómo iba a poder el espectador asumir tanta información sin provocarle rechazo”, reconoce. Entonces, desarrolló una estructura matemática para que la información visual fuera asumible, “creando planos que se van superponiendo y relacionados de dos en dos”.

Miguel Zugaza, director del Museo de Bellas Artes de Bilbao indicó que se tarta de “una obra maestra” que “nos hace tomar conciencia de la amenaza latente en la proliferación del armamento nuclear”.

El apunte

Formato multipantalla. La película de Caravaggio son 50 minutos de vídeos distribuidos en cuatro pantallas que se reproducen de forma simultánea para ofrecer al espectador diferentes puntos de vista.

En inglés y japonés. El lenguaje natural de la película es el inglés –los documentos desclasificados, los materiales de archivos que se utilizan...– aunque tiene subtítulos en castellano. Sin embargo, los relatos de los supervivientes se reproducen en japonés.