El 11 de abril de 1879 nacía en Tolosa Isaac (Ixaka) López-Mendizabal, una persona muy emprendedora, que amaba profundamente su tierra, su lengua y su cultura. En 1936 tuvo que exiliarse junto a su familia primeramente a Iparralde, donde pasaron cuatro años. Después, el lehendakari José Antonio Aguirre mandó a cuatro apoderados a Buenos Aires, entre ellos a Isaac. Él acabó ayundado a difundir la cultura vasca en América.

Los López Mendizabal fueron editores, impresores e intelectuales y guardaron un gran fondo de documentación generada por Isaac hasta su muerte, en 1977, y por su hijo Xabier. Un fondo que ha sido donado ahora por su familia al Archivo Histórico de Euskadi, y que según ha destacado el lehendakari Iñigo Urkullu “servirá para conocer más a fondo la coyuntura histórica relevante para la cultura y la historia de la sociedad vasca”.

El lehendakari ha participado esta mañana en la presentación de los fondos cedidos por la familia en un acto al que han asistido también el consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, Miren López Mendizabal, nieta de Isaac e hija de Xabier López-Mendizabal, e Iñaki Goiogana, técnico de la Fundación Sabino Arana y responsable de la organización del fondo. Urkullu ha agradecido “el gesto de confianza en esta institución cultural y el compromiso de la familia por conservar y divulgar este fondo documental”. 

El fondo tiene un gran valor histórico ya “que supone un testimonio y legado de un momento de postguerra, persecución, dictadura y exilio que vuestro abuelo documentó”, aseguró Urkullu dirigiéndose a la familia Según destacó además Zupiria, “los fondos son de gran valor histórico e imprescindibles para conocer gran parte de la historia de la cultura vasca, así como el exilio político y económico vasco”.

De Tolosa al exilio

Isaac López-Mendizabal trabajó incesantemente por su tierra, estudió Filosofía y Letras, se licenció también en Derecho y, después, se doctoró en ambas disciplinas. Ejerció como abogado y, cuando murió su padre, heredó la imprenta que había fundado su familia en el siglo XVIII, sin olvidar su faceta como escritor. Escribió además muchos libros sobre el euskera, un idioma que amaba profundamente.

En 1936, cuando estalló la Guerra civil, tenía 57 años y para entonces había realizado una larga y prolífica carrera en la abogacía, edición de libros, redacción, política y cultural. Nada más comenzar la contienda, los bienes de la familia fueron saqueados en Tolosa: una amplia biblioteca, un archivo de documentos creado durante siglos, muebles... y lo que no robaron fue quemado por los fascistas en la plaza pública de Tolosa. 

Con el paso de los años la familia consiguió recuperar muchos de sus bienes, “pero una parte de los documentos generados hasta 1936 acabaron perdiéndose. Se conserva completa la documentación generada en el exilio”, confirma Iñaki Goiogana. 

Cuando acabó la guerra, el lehendakari les pidió que se quedaran en Argentina para crear la delegación del Gobierno vasco. “No se limitaron a hacer política, hicieron una actividad cultural con el objetivo de unir la nueva inmigración política con la antigua que residía allí y crear comunidad. Por eso, entró en el centro Laurak Bat, del que llegará a ser presidente, creó un coro, organizó las misas para los vascos...”, explica el historiador de la Fundación Sabino Arana.

 Sería también el promotor de la Sección Argentina de la Liga Internacional de Amigos de los Vascos y fundaría en Buenos Aires la Editorial vasca Ekin, la más importante del exilio republicano, en la que se publicaron 100 volúmenes entre 1939 y los años setenta. 

Algunos de los documentados donados. Oskar Gonzalez

61 cajas, 420 volúmenes, fotografías...

El material entregado al Archivo Histórico de Euskadi está formado por 61 cajas del periodo 1930-2010, 420 volúmenes, una caja de láminas de los siglos XVIII, XIX y XX y 43 cajas de libros y revistas, además de fotografías personales.

El fondo incluye mensajes del lehendakari José Antonio Aguirre, correspondencia con su amigo tolosarra Antonio María Labayen y con el historiador Serapio Mujika, borradores de sus libros y el original de su libro Etimologías de apellidos vascos, También hay documentación de la asociación Laurak Bat de Buenos Aires. 

Además, se han entregado fotografías de la edición del libro Xabiertxo, cuyos primeros ejemplares los publicó su librería en 1925. Isaac escribió los textos y Jon Zabalo Txiki diseñó las ilustraciones de un libro que se convirtió en un apoyo imprescindible de las primeras ikastolas y escuelas en euskera antes del Guerra del 36. Durante la Guerra Civil, en cambio, el libro fue prohibido. 

El Archivo Histórico de Euskadi también ha recibido una colección de fotografías, a las que tanto Isaac como su hija eran muy aficionados.