El artista Óscar Kazabal se pone en la piel de personas sin hogar de Bilbao para dar forma a 'Huellas', un proyecto artístico con el que pretende reflejar otras realidades cotidianas. Kazabal ha creado la muestra presentada este miércoles en el BBK Kuna dentro del programa GazteArt, en la que recoge los rostros de ocho mujeres que acompañan y participan en los diferentes servicios de la asociación T4. La exposición está organizada por BilbaoHistoriko.
El joven artista no solo no ha mirado a otro lado, sino que ha querido mostrar a través del arte esa realidad que forma parte a diario de nuestras ciudades y a la que apenas hacemos caso. "Desde una postura feminista, he buscado centrar mi acción en las mujeres sin hogar, buscando darles visibilidad, otargándoles voz a través de este proyecto. Siempre me ha llamado la atención la invisibilidad de estas personas, la gente pasa y nos las ve, para ellas son parte del mobiliario de las ciudades. Con esta exposición he querido dignificarlas", apunta Óscar Kazabal cuyos retratos son una explosión de color. Porque, a pesar de las dificultades por las que atraviesan estas mujeres, no ha querido prescindir del colorido, les ha dado luz propia.
GazteArt es una forma de aproximarnos al mundo arte de jóvenes artistas, que estudian, crean, trabajan, conocen y disfrutan en nuestro entorno más cercano. Una campaña que busca reflejar la realidad artística y social, invitando a conocer los entresijos del arte desde una perspectiva diferenciadora, original y de calidad. Esta muestra surge del interés por las relaciones entre el individuo y su contexto donde se busca que visitante se sumerja en temáticas como el sinhogarismo, la drogodependencia y otras causas de exclusión social, convirtiendo a la obra y a la exposición en una herramienta útil para trabajar estos temas.
La exposición, formada por una amplia variedad de retratos, surge de las inquietudes del propio artista por comprender con mayor profundidad las relaciones y motivaciones que se dan en su entorno más cercano, generando una obra basada en el naturalismo, pero con grandes contrastes de luz y color. Concretamente esta nueva muestra surgió en 2022 con la colaboración de T4, asociación sensibilizada con las realidades sociales excluyentes que se dan en nuestra ciudad, a través de la cual el artista tuvo la oportunidad de entrar en contacto con mujeres en distintas situaciones, que le permitieron después conformar estos retratos mediante distintos registros sonoros y fotografías tomadas en estos encuentros.
"Marian fue la primera mujer a la que retraté, me costó porque hay historias increíbles, pero pincelada tras pincelada, fui creando esta imágenes de personas que son reales", comenta el pintor, que ha organizado este viernes una visita con ellas a la exposición. Recuerda que cuando les mostró sus retratos, una vez terminados, las mujeres se emocionaron, se fusionaron en un abrazo con él.
En la presentación ha estado también presente Marco Imbert, de T4, quien ha incidido en la importancia de este tipo de exposiciones "porque dan visibilidad a estas mujeres que es necesario dignificarlas".
Fondos sencillos
Porque en su obra las retratadas adquieren un protagonista inequívoco, gracias a fondos sencillos que aportan grandes contrastes entre las figuras y el fondo, lo que aporta a la obra una gran expresividad y emoción que se llega a transmitir al público.
Los diferentes retratos son una especie de ventanas que nos acercan a Bilbao ofreciéndonos un gran abanico de realidades sociales, mostrando el impacto que la sociedad o el ser humano deja en las personas en riesgo de exclusión social, buscando al pintarlas dignificarlas y empoderarlas.
Óscar Kazabal es un estudiante del Grado en Bellas Artes en la UPV/ EHU, originario de Escalante Cantabria, y afincado en Bilbao que se mueve entre el expresionismo y el surrealismo, a través de distintas formas de expresión artística como la pintura, el collage, la escultura o el arte con las nuevas tecnologías. Su obra muestra un claro componente social surgido de las relaciones entre el entorno y la persona, convirtiéndose su obra en una forma de expresión y comunicación.
