FUE aquel entrenador de fútbol americano estadounidense de ascendencia italiana, Vince Lomardi, hoy tan de moda porque la NFL renombró en 1970 el trofeo del Super Bowl con el sobrenombre de Vince Lombardi Trophy, un balón plateado que la noche del pasado lunes alzó al cielo Patrick Mahomes. Fue él, digo, quien dijo que “los ganadores nunca se rinden y los que se rinden nunca ganan.”

Ese mismo espíritu es el que flotaba ayer en el frontón Bizkaia, cuando la Fundación Bizkaialde celebró su decimosexto encuentro anual, reuniendo a una destacada representación del deporte en el territorio. El evento, presidido por Leixuri Arrizabalaga, diputada foral y presidenta del Patronato de la Fundación, contó con la participación de representantes de 21 empresas, 31 clubes y 39 equipos afiliados. La Fundación ha destinado 1.075.000 euros para patrocinar a 31 clubes y 39 equipos en diversas modalidades y disciplinas deportivas, demostrando el compromiso continuo de la Fundación con el desarrollo y la promoción deportiva en el territorio.

El deporte, ya lo sabrán, es el esperanto de todos los pueblos, el idioma universal de los esfuerzos, los desafíos y los sueños por cumplir. Es el deporte que te enseña que la lucha no es contra otro, sino contra uno mismo; que la vida sigue aunque uno pierda y que nada cae del cielo, que las cosas requieren esfuerzo. Marcó el ritmo de la cita, casi con uno de aquellos metrónomos de los entrenadores de atletismo británicos, insaciables, Iker Amarika. A la cita no faltaron autoridades como las de Arantza Mardaras y Carlos Sergio y gente implicada en la lucha porque una luz alumbre el deporte como Imanol San Miguel, de Ingeteam; Leónides Gutiérrez, de Cycasa; Juan Diego, de Petronor; Juan Basáñez, de Boslan; Alberto Tijero, de Idom; Itziar López de Armentia, de Sidenor; y José Garay, de IMQ, entre otra mucha gente que cruza sus apuestas con el deporte como uno de los alimentos de la sociedad de Bizkaia.

Fue un encuentro fabuloso entre la gente que empuja y la gente que, a raíz de la inercia, se lanza a por las plusmarcas, a por los récords, a por los partidos. Dirigiéndose a la sociedad de Bizkaia, Arrizabalaga lanzó un mensaje de unidad y colaboración, destacando la importancia del trabajo conjunto en un mundo cada vez más individualista. La diputada subrayó el papel esencial del deporte como una herramienta para promover valores como el trabajo en equipo y la perseverancia, “nuestro territorio no solo es reconocido por su competitividad, sino por los valores arraigados en la ética del deporte. El trabajo en equipo y la perseverancia, entre otros, ya son la columna vertebral de la identidad de la Fundación Bizkaialde”.

Fue toda una belleza ver cómo la gente atleta iba bajando de las butacas al frontis para posar en una imagen hermosa, cada cual en su espacio y todos juntos, en comunión. Se vio, por ejemplo, cómo Giulio María Papi; el entrenador, Adrián Yáñez, Asjad Bashir y Alex Mendiluce, integrantes del BSR Bilbao, saludaban con una sonrisa en la cara. O cómo jugadoras del Athletic como Claudia Fernández, Amets Muiozguren y Malen Uranga posaban para la fotografía junto a jugadores de Sociedad Deportiva San Ignacio Beisbol como Markel Mendizabal, con un bate en la mano, Sergio Acha y Endika Ruiz del Amo, con un guante de catcher en la mano. Olían a mar (dicho sea a la metáfora, claro está...) Beñat Moreno, Gorka Varela, Ander Bilbao, Jon Elortegi y Aitor Otegi, todos ellos gente de Kaiku y se percíbía la fuerza que nace de la unión cuando la gente de Gaztedi Sokatira Taldea se abrazaban en la foto. Nerea Egurrola, Odei Fernández, Oier Bilbao y Nagore Bilbao fueron las emisarias de la cita. Eran, como les dije, el retablo de una realidad que se reproduce día tras día y que llena de orgullo a quien lo practica y a quienes nos representan.