COMO si fuese uno de esos retablos medievales en los que el caballero sale al encuentro de la dama, Jon Rahm apareció ayer en público para recoger el premio Dama bilbaina, distinción propia de la Sociedad Bilbaina que preside Juan Ignacio Goiria que ayer honró al caballero del green que han conquistado infinidad de tierras sagradas como Augusta a golpes de drives, putts, approachs o chips con un todopodeross brazo y un cuerpo que dibuja swings tan hermosos que recuerdan a las creaciones de Miguel Ángel Buonarotti. Le cantó las aleluyas el doctor de corte humanista Ricardo Franco Vicario y procedió a la entrega de la Dama Carlos Uncetabarrenechea, tesorero de la casa. Parecía que le entregase un cofre repleto de tesoros.

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Las fotos de la entrega a Jon Rahm del premio Dama Bilbaína 2023 Oskar M. Bernal

La Dama es de una pieza. Una figura de bronce, diseñada y creada en 1995 por el escultor José Ramón Gómez Nazabal, inspirada en las damas vestidas con miriñake que pintó Manuel Losada a caballo entre los siglos XIX y XX y que se creó para entregarla a personalidades o instituciones destacadas en Bilbao y en Bizkaia. Habitualmente la Dama se entrega durante una cena de gala. Ayer los protagonistas eran otros y Jon no era hombre de trasnoches. Le acompañó a la institución su padre, Edorta Rahm, con la elegancia de la segunda fila, sin focos que le alumbren y con el brazo en cabestrillo. Bien cerca le esperaban su mujer, Kelley Cahill, y sus dos hijos, Kepa y Eneko. Jon se propuso marcharse a las cuatro de la tarde (algo se retrasó...), no sin antes fotografiarse en cada una de las mesas del almuerzo. Fue toda una concesión si se juzga que comentó que se encuentra “bajo instrucciones muy estrictas de no hacer actos públicos que me he impuesto un poco por mí, y por el cambio que he dado al mundo del golf en la última semana”. Reaparecerá en público este sábado en San Mamés y poco más.

Una curiosidad. Rahm apareció en un club dedicado a las distracciones, el ocio y los negocios, estos últimos los que le han colocado en las primeras páginas de medio mundo. “Yo soy uno más al que veían jugar al golf por la tele aunque ahora será algo menos, al menos de momento”. Confesó que “pensaba en un acto más íntimo. Con más de 1.000 socios, me sorprende aquí que hoy no haya aquí 5.000 personas”, con una indisimulada sonrisa. “Me emociona saber que, en 180 años de historia, solo se han concedido 20 Damas; algo especial habré hecho. Sigue siendo un honor poder representar a esta ciudad y a esta comunidad como deportista. Yo me considero uno más, que va a jugar a golf, y les explico qué es Euskadi. Y no vean lo complicado que es a veces explicar la cesta punta, la pala o la mano en otras tierras.” Rieron.

A Franco Vicario en su ilustrada presentación le escucharon la mujer que le acompaña en la vida, Concha Arizaga, Gonzalo Escauriaza, presidente de la de la Real Federación Española de Golf y también bilbaino (Jon le saludó desde el estrado...); quien fuera alcalde de Bilbao Ibon Areso, Javier Chalbaud; el subdelegado del Gobierno, Vicente Reyes, Maite Lozano, Luis Eguiluz, bibliotecario de la Sociedad Bilbaina (Jon firmó en el libro de honor de la hermosa biblioteca...), Maite Lozano, Reyes Villanueva, Juan Mari Sainz de Buruaga, Valentín Atxotegi, Amagoia y Asier Loroño alma y corazón de la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao; el gerente de la Sociedad, Manu Suárez, María Jesús Cava, Jon Ortuzar, Alberto Uribe-Echevarría, Esther Gutiérrez Orrantia, José Luis Sabas, Antón Pérez Iriondo, Susana Palomino y Mikel Uribe-Etxebarria; el presidente de la ABAO, Juan Carlos Matellanez, Isidro Prieto; dos Hermanitas de los pobres, María Jesús Ayala y María Elena Hernández, Julia Diéguez, Julio Aristín, Regina Arbeo, Víctor Echenagusía, Guillermo Barandalla, Teresa Azpeitia y Juan Manuel Cortina, Francisco Javier Rodríguez, Tomás González y un sinfín de gente más.