El Boletín Oficial del País Vasco de ayer lunes se hacía eco del trámite de información pública y anunciaba el proyecto técnico y el estudio de impacto ambiental para construir una planta en Karrantza para la transformación de purines y otros residuos orgánicos en biometano y otros subproductos como el digestato, en fracciones sólida –apta para el abono– y líquida –agua destinada al riego–. Verdalia Bio Karrantza S.L.U., con sede en Madrid, mantiene la ubicación prevista hace años, en el barrio de Las Torcachas.

La planta persigue “buscar una solución a la problemática generada por los residuos de origen ganadero y asegurar su adecuado tratamiento y disposición final”. Según la documentación aportada, tendrá la capacidad de regenerar 130.000 toneladas al año y funcionará 24 horas los 365 días, salvo paradas de mantenimiento.

Karrantza cuenta con “545 explotaciones ganaderas excluidas las apícolas, según los datos que figuran en Bizkaia Open Data correspondientes a 2022”. Además de los pastizales, en el valle “hay una extensa variedad de usos del suelo para explotaciones agrícolas: más de 5.000 hectáreas de pastos, cerca de sesenta de maíz forrajero, once de frutales y ocho de huerta al aire libre o bajo plástico”.

Actualmente, las personas titulares “utilizan los purines y restos de origen animal como abono, sin aplicar tratamiento previo, lo que provoca la contaminación de aguas subterráneas, olores, gases de efecto invernadero y empobrecimiento del suelo”.