Casi 86 años después de su fusilamiento, Ángel Egaña descansará, por fin, en su tierra, en Arrankudiaga-Zollo. Sus restos fueron entregados ayer a sus familiares durante el acto de homenaje e inhumación de los 199 represaliados hallados por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid (ARMHV) en cuatro fosas comunes de la provincia, entre ellas las números 6 y 7 del cementerio del Carmen de Valladolid.

Allí, en ese camposanto, tuvo lugar el sentido reconocimiento público a las víctimas y hasta ese mismo lugar se desplazó una delegación de esta localidad encabezada por su alcalde, Txutxi Ariznabarreta, y familiares de Egaña para recoger los restos y trasladarlos a su localidad natal donde “posteriormente, el Ayuntamiento de Arrankudiaga-Zollo organizará un acto de homenaje el 28 de abril al mediodía”, avanzan fuentes municipales.

Una de las fosas comunes del cementerio. ARMHV

En concreto, el teniente del Ejército Vasco Ángel Egaña Mendivil, fue localizado en la fosa común número 7 del cementerio del Carmen, de Valladolid, durante la campaña de identificaciones individuales llevadas a cabo entre 2022 y 2023 por la ARMH de Valladolid. También fue posible confirmar la identidad de Emilio Pedrero Mardones, dirigente de la CNT vallisoletana, médico de profesión. Ambos fueron fusilados juntos el 2 de junio de 1938.

Fusilado con 28 años

Ángel Egaña nació el 22 de febrero de 1914 en Arrankudiaga y, en el censo de 1935-1936, vivía junto a su madre viuda y sus tres hermanos en el caserío familiar del barrio de Otsantzar. En el año 1936, tras el golpe de Estado fascista, se enroló en la Milicia Vasca, en la Compañía Landarraga del batallón Padura, con el grado de teniente. Los combates que tuvieron lugar en la primavera de 1937 en el monte Gorbea tuvieron, a futuro, consecuencias muy graves para Ángel Egaña. Según cuentan las crónicas de guerra de la época, en esa zona de montaña en manos de los gudaris vascos, la noche del 31 de marzo, los combatientes del tercio de requetés Virgen Blanca de la IV Brigada del ejército golpista, “aprovechando la oscuridad y la niebla”, tomaron por sorpresa la Cruz del Gorbea y colocaron allí las banderas fascista y requeté.

En la mañana del 1 de abril el batallón Padura volvió a apoderarse de esa cima y de las enseñas del enemigo. En este combate hubo muertos de ambos bandos y, entre los fascistas, un capitán falangista de caballería adscrito al distrito vallisoletano.

Cuando Bilbao cayó en manos de los golpistas, en junio de 1937, se disolvió el batallón Padura y los combatientes que quedaban en las diferentes compañías se unieron en la Brigada 156 de la IIIª División como batallón II, se retiran hacia Santander y el 23 de agosto están en Santoña. Allí es detenido Ángel Egaña por el ejército golpista y juzgado junto a otros 24 milicianos el 25 de septiembre. Fue condenado a 12 años y un día de prisión, pero el 4 de noviembre de 1937 fue trasladado a la prisión vallisoletana de Cocheras de Tranvías y el Juzgado Militar nº 10 de Valladolid reabrió el sumario y fue juzgado en el Consejo de Guerra del 31 de diciembre.

Egaña fue acusado de la muerte del capitán fascista en el combate del Gorbea y condenado a pena de muerte. El 1 de junio de 1938 se le notifica que la sentencia es firme y el 2 de junio fue fusilado a las 06.30 horas en Graveras de San Isidro. Posteriormente fue enterrado en la fosa común nº 7 del cementerio municipal de Valladolid.

El apunte

Ángel Egaña. Teniente del Ejército Vasco durante la guerra civil, falleció a los 28 años tras ser fusilado el 2 de junio de 1938 en Valladolid.

Entrega de restos. Tras ser localizado e identificado por la Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid (ARMHV) en la fosa común número 7 del cementerio del Carmen, sus restos fueron entregados ayer a sus familiares y a una delegación del Ayuntamiento de Arrankudiaga-Zollo.