Mientras la producción de la vivienda nueva se ha mantenido estable en Bizkaia, la producción de la vivienda protegida ha sufrido en el último año un descenso del 37%. Y está previsto que la edificación de este tipo de inmuebles se siga reduciendo ya que la cuantía de la obra pública licitada en 2023 cayó un 36% en el territorio. Estos son algunos de los datos que se desgranan del informe anual que la Asociación de Constructores y Promotores de Bizkaia (Ascobi) ha presentado este miércoles. De esa forma, han reivindicado la liberación de la reserva de suelo para vivienda protegida que, a su juicio, no garantiza la edificación de estos inmuebles, a favor de la producción de vivienda libre.  

Durante el balance han aprovechado para apuntar que la tasa actual de construcción de dos viviendas por cada 1.000 habitantes no consigue atender la “gran demanda” de vivienda nueva, tanto libre como protegida. “No hay stock de vivienda en el mercado”, ha apuntado Iñaki Urresti, secretario general de Ascobi, quien considera que con la oferta actual no hay forma de satisfacer una demanda que ha crecido porque, a pesar de que demográficamente no ha habido un incremento significativo, hay más hogares unipersonales. “Siempre que se ofrece a precio de mercado, la vivienda nueva se vende”, ha asegurado Urresti. El total de las viviendas iniciadas en Bizkaia en 2023 fue de 2.611, lejos de las 3.758 de 2019. Sin embargo, el del año pasado fue el tercero con más viviendas iniciadas en la última década, muy cerca de las cifras de 2022, con 2.629. 

“En líneas generales la construcción vasca ha mantenido su actividad durante el ejercicio 2023, pero se perciben síntomas de estancamiento propiciados por un descenso del volumen de licitación de obra pública y la atonía en la producción de vivienda nueva que solo se ven compensados parcialmente por el impulso rehabilitador”, ha expuesto Urresti. En ese sentido, apunta que la cuantía de la obra pública licitada durante 2023 ha disminuido un 25% en el conjunto de Euskadi y un 36% en Bizkaia con respecto al año 2022 que fue “excepcionalmente elevado” respecto a ejercicios precedentes. “Este retroceso del volumen de obra licitado nos sitúa en los niveles anuales previos a la pandemia de 2020”, ha considerado Urresti. 

En ese sentido, ha indicado que los porcentajes de vivienda protegida son “los más elevados de todo el Estado, el 75% para VPO en suelo urbanizable y un 40% en suelo urbano”, pero, según ha subrayado, “esto es que no ha supuesto una producción significativa de vivienda protegida”, de forma que “hay listas de decenas de miles de personas, pero la producción no alcanza las mil viviendas al año y, por tanto, no se va a atender la demanda nunca”. A juicio de Urresti, “los persistentes malos datos de vivienda protegida demuestran que mantener elevados porcentajes de reserva de suelo para vivienda protegida no garantizan una mayor producción de vivienda protegida, especialmente ahora que la administración pública solo produce vivienda para alquiler”.

Por ello, ha abogado por una “adecuación y reducción de estos porcentajes de reserva a la realidad actual de cada municipio”, con el objeto de propiciar, “paradójicamente”, una mayor producción de vivienda nueva, libre y protegida. En esa línea, ha añadido el portavoz de la asociación, “resulta urgente la aprobación por el Gobierno vasco del decreto de Estándares Urbanísticos, cuya tramitación supera actualmente los tres años, además de adoptar medidas de naturaleza administrativa, como las que se refieren a la agilización de la tramitación de los instrumentos de ordenación urbanística y de gestión, especialmente la obtención de licencias y permisos”.