La que tendría que ser la generación del impulso definitivo hacia la igualdad, la conformada por los jóvenes, está siendo la del retroceso. Por ello, voces y análisis como los que realiza la educadora social y experta en violencia machista, Marina Marroquí, son cada vez más apreciados. En la jornada de ayer lunes, la valenciana fue la encargada de dar comienzo a las actividades organizadas por el Ayuntamiento de Sestao por el Día Internacional de la Mujer. “En vez de pedirles a los jóvenes que solucionen cosas que no han hecho ellos, lo que debemos hacer es formarnos para educar por la igualdad. Saber. No podemos darles un móvil a nuestras hijas y no saber que le pueden llegar quince fotopollas por Instagram. No podemos regalarle una Playstation a nuestros hijos sin saber que juega al GTA, un juego en el que cada día pega palizas a mujeres. La brecha generacional, invisible, que tenemos con los jóvenes de hoy en día es nuestra responsabilidad. Somos nosotros quienes tenemos que saber qué pasa cuando les damos un dispositivo, no ellos. Como sociedad, no nos hemos asomado aún a las consecuencias de todo esto”, declaró Marroquí.

La primera de las dos sesiones que ofreció Marroquí en la jornada de ayer lunes en Sestao tuvo lugar a la mañana en la Escuela de Música y tuvo como público a escolares de los centros educativos de la localidad sestaoarra. Ellos fueron quienes presenciaron el monólogo Eso no es Amor. “Este es un camino muy bonito porque la adolescencia es el reflejo más crudo y transparente de la sociedad en la que vivimos. La violencia sexual está muy normalizada entre los jóvenes y eso no es culpa de ellos, es fruto de un fracaso muy grande a nivel político, social y educativo y son carne de cañón de la tecnología que erotiza la violencia sexual hacia las mujeres”, indicó Marroquí.

Por su parte, por la tarde, a partir de las 18.00 horas, Marroquí dirigió a un público adulto conformado en su mayoría por mujeres, el monólogo Eso no es Amor. “El amor y el sexo es eso que está en todas partes, pero que nadie explica. Todo lo que está relacionado con el amor nos lo han presentado como sufrimiento y no debiera de ser así. No nos enseñan a querer”, explicó Marroquí. Ella está viendo cómo sus monólogos cuentan, cada vez, con una mayor afluencia de personas. “Quienes vienen a mis monólogos buscan saber acercarse a la adolescencia”, señaló Marroquí.