El 15 de junio de 1937, la vida del pequeño Eugenio Campillo Robredo no continuó: estaba jugando en el Astillero cuando la aviación italiana ametralló la céntrica plaza de Plentzia. Nicolás Landa Garay fue alcalde nacionalista en la villa de Uribe Kosta tras las elecciones del 12 de abril de 1931 y hasta 1933 (primer bienio republicano). Luego, ejerció como concejal y se vio obligado al exilio. Partió a Donibane Lohizune, donde falleció. Hoy, su nieto Jesús Oñate Landa reclama más información sobre él. Estos son sólo dos ejemplos, con nombres y apellidos, de víctimas del franquismo; víctimas desde su expresión más literal y visceral por haber sido asesinada y hasta la de sentir una de las múltiples maneras con las que se puede infligir dolor.

El Ayuntamiento plentziarra y la Sociedad de Ciencias Aranzadi quieren identificar a más vecinos de la localidad que sufrieron la vulneración de sus derechos bajo el yugo fascista. “Conocemos las batallitas, pero no sabemos los nombres y apellidos de todas las personas que padecieron la represión; hay un déficit democrático sobre quiénes fueron”, comentó el investigador Javier Buces en la presentación de este convenio entre el Consistorio y Aranzadi, que se extenderá durante tres años (con una primera partida presupuestaria de 15.000 euros). El estudio, por lo tanto, pretende ser muy personal y, además, abarcar todas las formas de franquismo y “desde sus inicios hasta el final”, matizó Buces. Por eso, los análisis históricos se centrarán en el periodo que va desde 1936 hasta 1978, o sea, más allá de la muerte del dictador para incluir hasta dónde llegaba su sombra. “Lo que aconsejamos como investigadores es abordar el tema como una única dictadura, porque vemos intentos de blanquear el franquismo en sus últimas etapas: la primero es mala, la otra buena. Parece que a partir del 45, se esfuma y no podemos correr el riesgo de que se blanquee. Conocemos su violencia, su falta de libertades, la persecución política...”, explicó el miembro de Aranzadi. “La represión toma muchas formas concretas”, compartió el alcalde de Plentzia, Aitor Garagarza.

El primer paso de esta indagación es la apertura de una oficina de la memoria para recopilar los testimonios. Se instalará en Topalekua (Billabasoena, Goienkale 25), donde se encuentra el archivo histórico de Plentzia, y estará abierta todos los lunes desde el próximo día 19 hasta el 11 de marzo. “No siempre tenemos documentos, por eso es importante que la gente hable”, destacó Buces. Después, se llevará a cabo una investigación en archivos, tanto militares como provinciales... Y todo ello quedará reflejado en una página web o también en alguna publicación escrita. “No partimos de cero, porque hay trabajos realizados por parte de gente del municipio”, señaló el primer edil. “Vamos a hacer una radiografía, una catalogación de cada vulneración de derechos, buscamos la verdad, la justicia, aunque no pueda ser penal, y la reparación”, añadió Garagarza.

Otra acción más dentro de este proyecto tendrá lugar en junio, como indicó el concejal de Patrimonio, Izotz Amundarain. “Las tropas franquistas tomaron Plentzia el 14 de junio. Así que queremos dar significado a esa fecha y vamos a organizar la semana de la memoria, con charlas, daremos a conocer la labor de Aranzadi...”, desveló.

Oficina de la memoria

Horarios. Estará abierta todos los lunes desde la próxima semana, 19 de febrero, y hasta el 11 de marzo. Funcionará de 11.00 a 13.00 horas y de 15.00 a 19.00 horas. Quienes acudan podrán elegir cómo quieren contar sus testimonios: si desean o no ser grabados en vídeo, si quieren aportar fotos...

Localización. Estará ubicada en Topalekua (Billabasoena, Goienkale 25), es decir, donde está, precisamente, el archivo histórico de Plentzia.

Otros canales. Las personas interesadas en aportar sus experiencias, bien de primera mano o por ser conocedores de lo que vivieron sus familiares, también pueden utilizar el teléfono 943 466 142 o el correo electrónico memoria@aranzadi.eus