Un 12 de enero de 1924, venía al mundo en el barrio de La Cuesta la zierbanata Visitación, Rodríguez Ortiz, Visi. Una mujer que a sus cien años se ha granjeado el afecto y el cariño de los vecinos de los sea barrios del municipio, especialmente del de San Mamés, donde ha pasado gran parte de su vida, e incluso de muchos vecinos y vecinas de Santurtzi, donde reside durante el invierno con su hija Koro, que aún la recuerdan repartiendo por las casas de la localidad marinera la leche ordeñada en la granja familiar. “Quedaba poco tiempo para el estudio, siempre había algo que hacer en la casa, en la cuadra, en la huerta o repartiendo”, aseguró con una envidiable lucidez esta afable mujer de sonrisa sincera, honesta y directa que se define a si misma como una mujer de carácter.

“Yo he sido siempre muy guerrera. Pero no de mala fe, ¡eh!, guerrera pero con alegría. Guerrera porque tenía que lidiar con una tropa diferente (en referencia a su hermanos menores)”, recordó. Buena prueba de su bonhomía fue la presencia de más de un centenar de personas que acudieron este pasado sábado a la fiesta homenaje que su nieta Eneritz organizó en su honor y que daba continuidad al reconocimiento que el viernes, día de su cumpleaños, le tributó el Ayuntamiento galipo con el alcalde, Eugenio Mendikote, a la cabeza.

Independencia

Un Consistorio que hoy día goza de su independencia gracias a la labor que Visi, entre otros, desarrolló en los años 80 y 90 en la génesis del movimiento que lograría en 1992 la desanexión de los seis barrios de la antigua parroquia de San Román de Zierbena del municipio de Abanto-Zierbena. “Y ahí estaba yo rodeada de tantos hombrones”, apuntó esta mujer casada con Luciano Laza Recio, con el que tuvo dos hijos, Koro y Gonzalo, que la han hecho abuela de tres nietos –Endika, Eneritz y Ailander– y bisabuela de los incombustibles Izei y Ekai de 8 y 4 años.

“Aquella fue una época muy interesante, con mucha actividad. Mi hermana Eugenia se unió poco después para ayudarme porque había muchas reuniones donde hablar de los temas que había que hacer y, claro, luego tenía que bajar yo sola a casa de noche”, rememoró esta mujer que de niña se escapaba con algunas amigas para no tener que cantar el cara al sol. “Un día nos pillaron y nos tuvieron tres horas con el brazo en alto con un guardia detrás que nos levantaba el brazo con el fusil si lo bajábamos”, relató esta andarina empedernida que hasta hace un par de años se paseaba bastones en mano por el bidegorri. “Ahora no debo”, confesó Visi que junto a varias coetáneas pergeñaron en el lavadero de San Mamés la puesta en marcha de las fiestas patronales del barrio a principios de los años 70. “Nos fuimos a la Casa de la Misericordia en Bilbao, que venera a San Mamés, y preguntamos por su fiesta. Nos dieron una estampita y con ella en un almacén de Trapagaran nos hicieron un mural de azulejos. Ahí empezó todo”, detalló. San Mamés (7 de agosto), se sumó el pasado sábado a la fiesta de Visi con un derbi victorioso para el Athletic.