Más de 1.200 kilos de basura fue lo que recogió durante el pasado año la asociación Ola Sin Plástico en las playas de Bizkaia. Colillas, botellas, latas y los ahora tan conocidos pellets es lo que Rodolfo Pereira se encuentra en cada batida. Es el secretario de la asociación y pertenecen a la red Sare Berdeak que trabaja junto con Bizkaia Gara estrechamente con la Diputación ante la crisis ecológica que se está viviendo ya en Galicia, Asturias y Cantabria y que amenaza a Bizkaia. 

“A nadie le gusta esta situación, pero como nosotros llevamos haciendo el trabajo de recoger basura y plástico en las playas desde hace años, esto no es una novedad”, indica Pereira. De las catorce limpiezas realizadas el año pasado encontraron pellets en nueve de ellas. “Seguramente en las recogidas en las que no hemos visto este tipo de microplásticos sea porque no hemos llevado el material específico para limpiar y encontrarlos”, señala. 

“Este es un problema que nos encontramos a diario en las playas, aunque hay que reconocer que en estas cantidades, como las que se está dando en Galicia, nunca lo hemos visto”, relata. Según han analizado desde Ola Sin Plástico, en Ereaga estos microplásticos no suelen estar en primera linea de la playa, ya que los cambios de mareas los han desplazado a zonas más altas, y en otros casos, como en Barrika, suelen estar donde rompen las olas. 

Según detalla Pereira, cuando realizan la limpieza en playas lo que más se encuentran y por ende, recogen, son los plásticos y las basuras más grandes, sin embargo, indica que “eso no significa que la basura más pequeña y los microplásticos no generen grandes impactos negativos también”. 

“Muchas veces nos pasa que lo que no vemos, como ser humano lo ignoramos, y ahí es cuando podríamos hablar del interés que se presta como sociedad al efecto invernadero y es donde también entran en juego estos microplásticos”, explica. “Por ser pequeñitos incluso nosotros mismos, que pasamos gran parte de nuestra vida cuidando las playas y recogiendo basura, casi no nos enfocamos en recoger este tipo de material. Aunque sí que es verdad que siempre que los buscamos, encontramos”, se lamenta. Cuenta que se necesita un instrumental específico para encontrar los pellets, una especie de colador en el que poner la arena.

“Es un problema y hay que empezar a preguntarse más por qué es un problema y no a quién afecta”, afirma. “La verdad es que es una problemática que está relacionada no solo con el plástico, sino con las toxinas que los microplásticos absorben y acaban afectando a la microvida de los océanos, que es muy importantes, no solo para la cadena alimenticia, sino también para el ciclo de carbono”, relata.

Muchas veces nos olvidamos de que el océano es un sumidero de carbono y que tiene un papel importantísimo dentro de todo lo que es el cambio climático”, indica apenado recordando las situaciones que se ha llegado a encontrar en las playas. “Esto de los pellets es un problema, eso no se puede negar, pero el verdadero problema es lo poco que cuidamos nuestros océanos”, afirma. 

Por ello, desde Ola Sin Plástico entienden que recuperar las playas va mucho más allá que simplemente limpiar. “Se trata de un acto reivindicativo y también educativo porque sabemos que la acción es contagiosa”, reconocen. “La limpieza se transforma en un acto social porque nos ayuda a conocer más personas implicadas en el cuidado del planeta y es, sin duda, un acto solidario con el vínculo de la naturaleza”, aseguran.