Su inquietud por conocer la historia de Barrika le llevó a investigar la toponimia del municipio, la genealogía de las familias de sus caseríos más destacados, así como sus costumbres y tradiciones. Una labor investigadora que se prolongó durante 17 años y que terminó plasmando el año pasado en un libro titulado In Bizkaia Sanctam Mariam de Barrica. Ahora Joseba Zarraga (Barrika, 1961) se ha aventurado a adentrarse en el mundo de la ficción pero siguiendo los lazos históricos con la publicación de su primera novela, titulada De Barrika a La Habana. Se trata de un libro autoeditado, que cuenta con la colaboración de los Ayuntamientos de Barrika y Plentzia, así como del Museo Plasentia de Butrón, y que está ambientado en la localidad, pero también en la vecina Plentzia, en la ciudad de Cádiz y en La Habana en pleno siglo XVIII.

La novela narra la travesía del capitán Juan de Elordi en su viaje de Barrika a la capital cubana. Por el camino se va cruzando personajes que describen cada una de las atmósferas de estas localidades, sus calles y sus gentes. “El capitán Elordi existió en Barrika y, desde que conocí su existencia, fue mi motivación y fuente de inspiración para escribir esta novela”, detalla el autor que viaja en el tiempo para rememorar aquella época llena de navíos y expediciones a las Indias llenos de tempestades y peripecias.

Un proyecto literario que también quiere que sirva para poner en valor este linaje barrikoztarra que “tanto aportó a Barrika”. “Juan de Elordi fue un hombre con una visión muy personal del concepto de familia. Transgredió muchas reglas, leyes y costumbres existentes”, señala.

También tienen especial protagonismo antiguas leyendas del municipio relacionadas con la campa de Sorgin Landa o campo de las brujas. “Hay un personaje que es la curandera de Barrika. En el pueblo hubo varias sanadoras, visionarias hasta hace unas pocas décadas, así que he tomado el nombre de una de ellas, Regina, una de las últimas con conocimientos de plantas, letanías y rituales para la sanación”, apunta. También aborda la muerte a través de los ritos de la época y el modo y lugar de los enterramientos dentro de la iglesia de la localidad.

Por supuesto no falta la visión de los caseríos existentes en Barrika, con un mapa orientativo incluido con los topónimos de la zona en el siglo XVIII. Asimismo, otro de los aspectos fundamentales es la divisoria fluvial entre Barrika y Plentzia, la ría del Butrón. “Es un escenario en el cual se vivieron infinidad de acontecimientos a los largo de los siglos y que fue una importante vía de comunicación para hacer negocios con el resto del mundo”, refleja. Precisamente, su detallado conocimiento del terreno le ha permitido trasladar en el tiempo al lector para que recorra la villa de Plentzia “con sus calles, su muralla y las diferentes puertas o portales que daban acceso a su interior”. Del mismo modo, otro de los escenarios principales de la obra se sitúa a más de 7.000 kilómetros de distancia, en Cuba, en una hacienda cercana a La Habana como es Guanabacoa. “Es un lugar que conozco bien y en el que me he inspirado para describir la capital cubana con los nombres de sus antiguas calles y de las fortificaciones de la época y algunas de sus puertas de acceso como La Tenaza, que hoy en día sigue existiendo”, sostiene.

Trayectoria

 Al mismo tiempo que da rienda suelta a su faceta literaria, Joseba regenta la casa rural Zearreta Barri. Natural del barrio de Erretxola, –actual Elexalde–, sus orígenes están ligados al municipio desde hace dos siglos. En su primera publicación, el punto de partida de su investigación empezó a través de las historias familiares. “Todo surgió a raíz de las historias que me contaban mi tío y mi abuelo, que eran marinos y desembarcaron en Nueva York, y conocieron el país yendo a visitar a una tía nuestra que vivía en Idaho”, describe. En este sentido, merece una mención especial su aportación histórica gracias a la recopilación de información heráldica sobre catorce escudos de armas de la localidad desde el 1600. Para ello ha buceado en los orígenes del municipio, bien mediante entrevistas a vecinos y familiares, o buceando en archivos municipales y provinciales. “La eterna pregunta de los barrikoztarras era: ¿ese caserío de cuándo será? o también, ¿ese caserío de cuándo será? ¿cuál será el más antiguo?”, relata.

Cuestiones que trató de resolver en su primera publicación, una obra que consta de catorce capítulos donde habla sobre la vida de los barrikoztarras, la anteiglesia y sus orígenes que se remontan a 1052, la historia de las casas-taberna, los montes comunales, la mar y sus gentes, además de incluir un apartado con la lista de capitanes propietarios de navíos, corsarios, piratas; el castillo, escuelas y ayuntamiento, así como un profundo y detallado estudio de los viejos solares de los siglos XV, XVI y XVII, junto con otro capítulo con las de los siglos XVIII y XIX, la histórica residencia-asilo Elorduy, personajes ilustres, etc.