Sole Giménez, nombre clave del pop en castellano de las últimas décadas tanto al frente de Presuntos Implicados como en solitario, sigue de gira para festejar el 40º aniversario de su trayectoria musical. Celebración se llama este tour, como el disco en vivo que ha publicado recientemente, y su próxima parada será mañana, sábado, en Barakaldo Antzokia, a las 20.00 horas, en un concierto en el que colabora DEIA. “La ilusión de hacer cosas nuevas y las ganas en cada concierto siguen ahí, porque esto es un regalo”, explica Giménez.

40 años ya. Parece que fue ayer.

(Risas). !Y no nos hemos dado cuenta! Lo importante es que aquí seguimos, con salud y cumpliendo sueños, como el cantar en Barakaldo, adonde hace tiempo que no voy. Es un privilegio.

Estuvo en el teatro con Presuntos Implicados en 1991.

No me acuerdo, la verdad. Son muchos conciertos… Igual al entrar en el teatro me acuerdo. No soy de las que apuntan los conciertos que ha hecho. No miro así la profesión, hago check en otras cosas.

¿Como en hacer una carrera tan larga, lo soñaba de joven?

Siendo sincera, no. No pensaba dedicarme a la música siendo joven aunque me gustaba cantar y lo hago desde siempre, desde los 11 años, pero estudié Bellas Artes. Dedicarme a la música me parecía inalcanzable, no se me pasó por la cabeza. Una vez dentro de Presuntos y al ver que funcionaba, me dije que era mi pasión y que tenía mucha suerte. Ahora llevamos de gira desde febrero, cuando grabamos en Valencia el disco Celebración aunque la mayoría de conciertos los dimos en verano. 

‘Cómo hemos cambiado’ es una de sus canciones más famosas. ¿Cómo lo ha hecho usted?

Ahora conozco mejor las cosas y a mí misma, pero la ilusión de hacer cosas nuevas y por cada concierto siguen ahí. Esto es un regalo, pero sé más cosas. Los años dan sabiduría.

En el mundo de la música también ha habido muchos cambios.

Nada que ver con cuando empecé, es otro mundo. Hay que comprender, entender y aceptar. Son universos diferentes, pero el origen de las canciones en lo íntimo, con guitarra y voz, sigue igual. Otra cosa es cómo llega a la gente y la interacción con ella. Hay más contacto con el público y sabes mejor lo que opina, lo que es muy chulo. Eso sí, la música está patas arriba con los dichosos algorritmos, lo que lo distorsiona todo. Ellos deciden qué suena y qué no; son la antítesis de la emoción. Si la música no emociona más allá de entretener, pierde parte de su esencia.

‘Mi pequeño tesoro’ es otro de sus éxitos. ¿Cuál es el mejor que le ha dado cantar?

El público, ese es el tesoro más preciado del artista. Es su soporte, por eso me suelo quedar a saludar a la gente tras los conciertos. Me gusta conocer su visión e historias. Sin ellos no estaría aquí, ellos dan sentido a todo nuestro trabajo.

‘Me das el mar’, es otro de sus clásicos. ¿Le quitó algo la música?

En sí misma, no, pero sí la profesión, que me ha negado muchas cosas. !Cuántas veces no he ido a fiestas, cumpleaños y bodas de amigos y familia por tener que trabajar! Y sigo haciéndolo, esto es muy sacrificado aunque compensa. Me he perdido la mitad de la infancia y adolescencia de mis hijos. Hay mucho trabajo detrás de las dos horas de concierto, de composición, reuniones, ensayos, viajes, grabaciones… Apenas hay días de vacaciones.

¿Nunca se arrepintió de dejar Presuntos, llegó a un punto de no retorno?

Llegué a ese punto tras 23 años en el trío. Al final, había muchos desencuentros entre nosotros y aposté por ser más feliz y dejar de trabajar en algo tan exigente como un grupo que vivía un ambiente desagradable. La vida te da sorpresas, aquí sigo.

¿Llegó a plantearse dejar la música?

Sí, pasé una enorme crisis y no quería saber nada de nada ni de nadie. Quise alejarme de todo y tener algo de paz. Levanté el vuelo tras ir curándome poco a poco, escuchando a mi entorno y a mí misma. Así encontré la luz, quería seguir aquí.

Y ha recuperado las canciones del trío.

En su día respeté que Presuntos siguiera con una cantante nueva aunque sí tocaba mis canciones: Como hemos cambiado, Alma de blues, Me das el mar… Al disolverse el grupo, revisé mi repertorio y volví al resto de canciones con las que crecí y que tanto me ayudaron. Fue bonito reencontrarme con ellas.

Ahora alterna el pop, el soul y el funk suave de Presuntos con los ritmos más calmos y latinos de la madurez.

Una va recogiendo, no podemos negarnos a los colores nuevos que van apareciendo en tu vida. La paleta, cuanto más extensa y variada, más bonita será. Y ofrecerá más recursos.

El disco y la gira ‘Celebración’ parecen un cierre de ciclo. ¿Sueños cumplidos?

Tienes razón, fue algo maravilloso que me recordó una conocida. Yo no caí que cumplía 40 años de trayectoria. Y lo celebramos porque soy mucho de celebrar. Y fue otro sueño contar en el disco con colaboradores como Joan Manuel Serrat, que había dejado la música justo antes. Fue una delicia tenerlo a mi lado, un sueño cumplido, un gran regalo, como el de contar con Miguel Poveda y Antonio José. Esa noche está también grabada en imágenes y se editará próximamente. Feliz de estar aquí y poder cumplir tantos sueños.

En el disco aparece también su hija. Sería especial ¿no?

Sí, no quería nombrarla (risas). Te adelanto que también estará en el concierto de Barakaldo. Puede venir y compartiremos varias canciones.

¿Y después de la celebración, qué? ¿Hay ya proyectos, retos, nuevos estilos, colaboraciones, ciudades...?

En 2024 seguiremos celebrando en Barcelona, Madrid, Valencia… E iré cogiendo y echando ingredientes para cocinar un buen marmikako en el futuro. Pero no te puedo adelantar nada de los ingredientes (risas).