No es necesario cruzar el charco ni alejarse de casa para triunfar en el mundo de la moda. La ilusión y la tenacidad son, a veces, suficientes para conseguir hacerse un hueco. Es el ejemplo de Javier González Palacios, que desde su taller en Barakaldo ha conseguido el Premio Nacional Moda Baño Nuevos Talentos 2023. “Barakaldo igual no es muy conocido para quienes no son de Euskadi pero con empeño antes o después te das a conocer. Es verdad que en Madrid tienes más posibilidades pero con ilusión se puede conseguir desde cualquier parte”, asegura esta joven promesa de la moda de 27 años.

Al acabar el bachillerato no tenía claro hacia dónde iba a encaminar su futuro, pero cuando recibió una charla sobre las opciones más allá de la universidad y le hablaron de la posibilidad de estudiar diseño de moda, sintió que era “una señal”. “La moda siempre me ha llamado mucho la atención, poder crear prendas desde cero. Pusieron el temario y cuando vi lo que se estudiaba pensé, esto es una señal”. Empezó su andadura en la moda en el centro Nicolás Larburu y de ahí, dio el salto a la universidad. 

Sobre su interés por la moda intuye que quizás su abuela pudo ser quien, en cierta manera, le acercase a ese mundo. “Mi abuela daba clases de punto, de hacer ganchillo, y nos hacía chaquetillas de pequeños. Quizás eso me haya influido de una manera u otra, porque la moda siempre ha estado presente en mi vida”, recuerda. Es justamente en la antigua mercería de su abuela donde ahora tiene su taller y desde donde creó la colección de moda baño que le ha llevado a conseguir un premio nacional. 

Una apuesta arriesgada

Aunque en su día a día no confecciona bikinis ni bañadores, quiso arriesgar y probarse presentándose al Premio Nacional Moda Baño Nuevos Talentos. “Me arriesgué un poco porque la moda baño es otro mundo completamente diferente al que estoy acostumbrado, pensé en proponer una colección divertida y diferente porque nunca sabes si puede ser un sí. Cuando quedé entre los ocho finalistas empecé a investigar más e invertí en maquinaria para obtener un buen acabado”, relata. Y la apuesta no le pudo salir mejor, ya que no solo salió con el primer premio en la mano, sino que su trabajo impresionó de tal manera que el diseñador Manuel de Gotor le ofreció colaborar en futuros proyectos. “Manuel de Gotor me preguntó a qué taller lo había mandado porque estaba muy bien confeccionado y cuando le dije que lo había hecho todo yo en mi taller me dijo que estaríamos en contacto”, cuenta. 

Sobre cómo acertar en playas y piscinas, Javier señala que “el bañador clásico para las mujeres siempre queda bien” y que para los hombres, “el fardapaquete es siempre un acierto, aunque para quienes son más pudorosos, el bañador de pata, pero siempre el corto”. En cuanto a colores, “apostar por el negro nunca es un desacierto”. 

En su trabajo diario, la perfección es la protagonista en sus diseños. “Con todas las prendas es una especie de amor odio, cuando las diseño las amo, cuando compro las telas también me encantan y luego empiezan a surgir cosillas y pienso que no voy a conseguir terminar la prenda, pero al final, cuando consigo sacarlas, me vuelven a encantar”, explica.

Para el futuro, este joven barakaldarra no duda en que seguir formándose es necesario. “Me iré a Madrid a cursar el Máster de Dirección de Empresas de Moda que he ganado con el concurso y trabajaré de la mano de Manuel de Gotor”, cuenta. Sin embargo, tiene claro que no quiere descuidar su taller, que es, al fin y al cabo, el lugar donde ha creado la colección que le ha ayudado a crecer en el mundo de la moda.