El hospital de Basurto dará comienzo el próximo mes de septiembre a las obras de construcción del nuevo edificio de consultas externas, que entrará en servicio en 2027 tras una inversión de 106 millones de euros. Los dos nuevos bloques conformarán una nueva entrada al centro sanitario, en la esquina entre la calle Gurtubay y el camino Capuchinos de Basurto, y permitirán desahogar los espacios hospitalarios de las actuales instalaciones.

Osakidetza acaba de sacar a concurso la licitación de la obra del nuevo edificio de consultas externas del Hospital Universitario de Basurto, por lo que, previsiblemente, los trabajos arrancarán el próximo mes de septiembre, una vez se lleve a cabo la adjudicación de los mismos.

Las nuevas instalaciones se ubicarán en la parcela donde se encuentra actualmente el parking del hospital y el terreno que ocupaba la antigua facultad de Medicina. En realidad será dos bloques que compartirán la planta baja y dos de sótano: uno en paralelo a Camino Capuchinos, de cuatro alturas, y el segundo, de tres, a lo largo de la calle Gurtubay. En la planta baja de ambos se ubicarán el área de admisión, el vestíbulo principal y algunas consultas externas, que se distribuirán también por las cuatro plantas del bloque Capuchinos, y las dos primeras del de Gurtubay, cuya tercera planta acogerá salas de procedimientos ambulatorios. En el sótano -1, estará el servicio de farmacia –desde donde se distribuirán todos los medicamentos tanto para uso interno como externo–, radiodiagnóstico y más consultas externas, y en los -2 y -3, las 450 plazas de aparcamiento, que sumarán una planta más bajo el bloque de Capuchinos y que superarán ampliamente las 331 existentes ahora . De ellas, 4 serán para ambulancias y 16 para personas con movilidad reducida.

La actuación se aprovechará para mejorar este espacio de la ciudad, creando una plaza arbolada en el nuevo acceso al hospital. Contará también con zonas verdes, para crear un espacio amable y acogedor frente al importante tráfico existente en el entorno. El vestíbulo será también acristalado y transparente, para permitir ver su interior, en un intento de mostrarse como un edificio abierto y con vocación social. Esta nueva entrada será únicamente para los pacientes ambulatorios, ya que los del ámbito hospitalario y sus familiares mantendrán el mismo acceso, para facilitar los diferentes flujos de visitantes.

El acceso de los vehículos a los aparcamientos, así como las operaciones de carga y descarga, y la entrada y salida de las ambulancias –que contarán con una zona específica y acceso directo a los ascensores de uso interno– se realizarán desde el camino Capuchinos. El aparcamiento tiene un acceso fácil tanto a los dos bloques del nuevo edificio como al resto del hospital, gracias a dos nuevos ramales que se generarán a partir de la galería que ya existe. Los pacientes trasladados en ambulancia y que se encuentren encamados tendrán una zona de espera exclusiva hasta ser atendidos por el personal sanitario, que utilizarán también para esperar la llegada de la ambulancia para regresar a su domicilio.

Para los pacientes externos que tengan que acceder al servicio de farmacia ambulatorio o radiodiagnóstico durante el fin de semana, en festivo o fuera de horario del centro se han previsto dos entrada en el atrio principal, una en cada una de los bloques.

Los espacios interiores del edificio se han diseñado con mimo, fomentando que cuenten con iluminación natural y zonas arboladas en los espacios de espera gracias a dos grandes patios interiores. Las consultas se han distribuido en bandas en el perímetro del edificio, contando todas ellas con luz natural.

Al tratarse de un servicio de consultas externas, en continuo cambio y con la aparición de nuevas técnicas y tecnologías, se plantea como un edificio de gran flexibilidad, que pueda adaptarse fácilmente a posibles cambios en el futuro. Al nivel estético, tendrá fachadas de acero corten, simulando la textura del ladrillo de los edificios tradicionales del hospital, y otras metálicas.