Ha querido la lluvia ser el incómodo protagonista de la Procesión del Nazareno. Esa persona perturbadora capaz de echar por tierra la chispa de la alegría que responde al apelativo de aguafiestas. Tras hora y media de aguacero y miradas recelosas dirigidas a las nubes, el paso se ha tenido que quedar en la Quinta Parroquia, donde los fieles congregados se han quedado rezando un Vía Crucis. En torno a las 20.20 horas, los responsables de la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno han decidido suspender su tradicional procesión, que reúne cada año a miles de personas en su recorrido por Bilbao La Vieja.

La lluvia no ha dado tregua y ha frustrado la pasión con la que cada año reciben el paso del Nazareno los vecinos de las Cortes y San Francisco y de los bilbainos que se acercan a vivir uno de los rituales más castizos de la Semana Santa de la capital vizcaina. La procesión del 'Nazareno' es sin duda una de las cinco más importantes de la Semana Santa bilbaina y estaba previsto que participaran unos 800 cofrades.

Desde una hora antes del inicio de la marcha, cientos de personas se han congregado en una lenta pero constante marea en el interior de la Iglesia de San Francisco de Asís. Lo han hecho con el lastre de la incertidumbre meteorológica, pero con gran devoción. Las fotografías con la efigie de cristo del paso han llenado la tensa espera hasta que al final se ha confirmado la suspensión.

En ese momento, fuera de la iglesia aguardaban decenas de personas. Al igual que de forma más tímida en otras zonas del recorrido, donde se sabe que la costumbre es ley. El Nazareno no sale si llueve para proteger un talla que ya roza los 80 años.