Deusto está dándolo todo en su carnaval 100. Un total de 27 grupos participan en el desfile que ha dado comienzo a las 12.00 horas. El buen ambiente es protagonista en este día tan especial para los vecinos y vecinas del barrio bilbaino. Desde primeras horas grandes y pequeños han salido a la calle para participar en el carnaval.
Nada más y nada menos que cien años. Su carnaval cumple diez décadas y lo hace luciendo sus mejores y más originales disfraces. Los de Deusto llevan semanas preparando su disfraz. La mayoría en cuadrillas, otros en pareja y, los hay que también se han animado a salir a la calle en solitario, pero eso sí, no sin antes colocarse un gorro, una peluca o un traje con el que convertirse en ese super héroe, en una princesa, en payasos o en piratas. Eso es lo de menos. Lo importante es teñir el barrio bilbaino de color a ritmo de la música dejando de lado por unas horas los problemas.
María Luisa Martín se ha colocado en una esquina de la calle Avenida Madariaga para ver a los grupos que participan. Aunque este año no se ha disfrazado, para no desentonar se ha colocado un gorro de colores. “Este año la salud no me acompaña. Todos los años me he disfrazado y este me he colocado el gorro para apoyar el carnaval, el mejor de Euskadi”, ha dicho.
Lo cierto es que los deustoarras no defraudan y un año más han teñido el barrio del color. Deusto se ha llenado de princesas, de minions, de bailarinas, de ojos gigantes, de marineros, de brujas. Incluso se ha paseado con gran estilo el polvorón Felipe II. “Si no fuera tan caro”, ha lanzado el hombre que ha desfilado con su polvorón gigante en la mano. Por las calles de Deusto se pasean este domingo el mundo del circo, un rebaño de ovejas que intentan protegerse del oso que les persigue; angelitos y diablos, personajes llegados de la selva, del mar, con sirenas y marinos. Incluso, de la ikastola La Salle un grupo de 70 personas han recreado la mítica seria Érase una vez la vida transformándose en los diferentes elementos que tiene el cuerpo humano. Sin duda un derroche de buen rollo, de magnífico ambiente el que se vive este domingo en el barrio de Deusto.
