BILBAO. El emblemático café Boulevard de Bilbao vuelve a atravesar una mala racha. Los propietarios del local buscan una solución que les ayude a reactivar el negocio, que no ha terminado de despegar desde su reapertura. La situación que atraviesa es "grave", pero la constructora Suquía está convencida de que saldrá adelante. De hecho, el café sigue en funcionamiento y así continuará para deleite de sus clientes. "No vamos a cerrar el Boulevard", confirman desde la promotora para acallar los rumores que estos días circulan por la capital vizcaina. "Estamos negociando para hallar una solución lo antes posible", aseguran.

Desde su reapertura en marzo de 2010, el emblemático café Boulevard de Bilbao no ha conseguido brillar con la misma intensidad de antaño. Después de más de tres años de obras, el local de El Arenal abría sus puertas tras un cambio de gerencia, manteniendo la misma estética e incorporando una coctelería de diseño en el sótano. Pero las ideas innovadoras no ayudaron a asentar el negocio. El constante ir y venir de empleados que optaban por marcharse ante la "insostenible situación" ha sido parte del día a día de este establecimiento. Ante esta situación, los propietarios del céntrico local bilbaino no han tenido más remedio que "intervenir" el Boulevard. El actual gerente deja esta semana sus responsabilidades y los dueños del local han tomado la riendas de este bar restaurante "con el único objetivo de reactivarlo".

Desde hace semanas, el rumor de un posible cierre ha despertado la preocupación entre los clientes asiduos de este local bilbaino. Sin embargo y, pese a la delicada situación por la que atraviesa el Boulevard, los dueños son contundentes: "Bajo ningún concepto" contemplan bajar la persiana. De hecho, desde hace semanas llevan trabajando para hallar una "solución de continuidad a la explotación" que dé al café Boulevard el empujón necesario.

Lo cierto es que el Boulevard forma parte del día a día de miles de bilbainos; es el lugar de encuentro por excelencia, pero lejos de ese romanticismo que perdura en el tiempo, "no es tarea fácil dirigir un local tan grande como este", explican los dueños. Lo cierto es que el Boulevard es único en Bilbao. "Sería una pena que se cerrase, no solo por lo que significa este establecimiento para la villa -recuerde la que se montó cuando hablaron de un cierre en 2006-, sino porque no hay otro igual. Los propietarios son personas serias que espero que busquen ahora a alguien realmente profesional que sepa de hostelería. Eso es clave", explica otro hostelero de Bilbao.

La complicada coyuntura económica unida, según apuntan responsables del sector de hostelería, a una "no muy acertada gestión" del establecimiento han colocado a este elegante espacio en una delicada situación, "pero es algo puntual", confían los propietarios. "Es un local céntrico, maravilloso; no hay otro igual, pero es clave que caiga en buenas manos, en manos de profesionales. La situación económica no está para andar con tonterías y arriesgarse", apuntan fuentes cercanas al sector comercial y de la hostelería.

Desde que el Boulevard abrió sus puertas, el malestar entre los trabajadores ha sido constante. "Si este local sigue abierto ha sido por la implicación de los profesionales", apuntan. Con la reapertura del Boulevard se intentó impulsar el comedor con menús asequibles. Los primeros meses funcionó, pero los problemas no tardaron en aparecer con la marcha del primer cocinero. Después, a la lista se han sumado otros empleados que también han roto su relación laboral con el establecimiento.

Historia intensa La historia de el Boulevard ha sido tan intensa como compleja. Tras unos años de esplendor y convertido en el punto de encuentro de ilustres de la época a mediados del siglo XIX, el establecimiento también pasó por una etapa de decadencia. La mayoría de aquellos grandes locales de aire clásico, que salpicaban las mejores zonas de Bilbao y de otras muchas ciudades, desaparecieron en operaciones inmobiliarias mucho más rentables que la hostelería. También el mítico Boulevard se vio afectado. Cuando en 1979 cerró por suspensión de pagos pocas voces se alzaron para defender lo que se veía ya como una reliquia del pasado; nada que ver con lo que sucedió en 2006, cuando se creó hasta una plataforma en su defensa. No fue hasta finales de los 80, y tras el éxito de la recuperación de clásicos como el Iruña y la Granja, cuando la empresa Cafés de Bilbao volvió a abrir las puertas del Boulevard. Las tertulias poéticas de los martes, las noches de tango, las reuniones taurinas o las veladas al salir del Arriaga devolvieron al Boulevard el brillo de principios de siglo; un brillo que ahora lucha por no apagarse.