El pellet, del que tanto se habla, es la materia prima que se utiliza para fabricar todo tipo de productos plásticos. Estos polímeros se pueden fundir y pueden utilizarse para dar la forma deseada a cualquier producto, en base a los datos publicados por la Asociación Nacional de la Industriales de Plásticos (ANAIP).

El método más utilizado para fabricarlas y distribuirlas es en forma de bolitas, compuestas por numerosos y diferentes tipos de plásticos entre los que se encuentran el polietilentereftalato (PET), el polietileno (PE) o el polipropileno (PP).

A pesar de que las bolitas tienen unos milímetros de diámetro, son visibles y más grandes que el diámetro medio de un grano de arena. Es por esto mismo que para evitar que contaminen el medio ambiente, la Operation Clean Sweep se puso en marcha con el respaldo del Ministerio para la Transición Ecológica en 2021. Al tratarse de una iniciativa voluntaria, son las propias empresas quienes deben localizar los puntos de sus localizaciones en las que puedan producirse mayor peligro de fugas de pellets.

Los peligros de los pellets

Debido a su pequeño tamaño es muy alta la probabilidad de que acaben dentro de las cadenas tróficas, según ha apuntado Greenpeace, ya que es fácil que las aves y los peces las confundan con "pequeños huevos y se los coman". Como consecuencia de su vertido al exterior, estos pueden acabar integrados en la cadena alimentaria, además de que presentan una alta probabilidad de descomponerse poco a poco en microplásticos.

Aparte, y según la Fiscalía de Medio Ambiente, los pellets que han llegado a la costa gallega tras el vertido producido hacia varias semanas "presentan indicios de toxicidad", y por tanto, podrían afectar también a la salud humana.

Han llegado a Euskadi

Tras percatarse de la presencia, escasa de momento, de estas bolas de plástico en las costas vascas, la comisión de seguimiento del Plan Especial de Emergencias mantiene la fase de alerta de cara a posibles llegadas en los próximos días.

Sin embargo, el director de AZTI, Rogelio Pozo, ha declarado que las bolas de plástico "no son extrañas en nuestras costas", por lo que determina que las que han sido recogidas en la costa vasca no pertenecen al vertido. Según el análisis que se les ha realizado, las bolas contenían silicio, algo propio de su contacto con la arena. Además de una degradación por el contacto del agua y la luz solar, lo que determina que ya llevan tiempo en las playas vascas. Sin embargo, aún es necesario cotejarlas con las muestras procedentes del vertido de Galicia para llegar a una conclusión final.