La Ertzaintza está estudiando una serie de medidas relacionadas con la protección de las mujeres víctimas de violencia machista que son "reticentes" con el cumplimiento de las órdenes de protección sobre ellas, como las medidas de control "directo" sobre el agresor.

Así lo ha anunciado el vicelehendakari primero y consejero de Seguridad del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, en respuesta en el Parlamento a sendas preguntas de Laura Garrido (PP) y Amaia Martínez (Vox) referidas al caso de la mujer que salió el pasado 21 de octubre de un centro tutelado de Gipuzkoa.

Garrido y Martínez han recordado que esta mujer, acompañada de su bebé de diez meses, tenía el más alto nivel de protección por haber sido maltratada y que abandonó Gipuzkoa en un coche con su agresor, que tiene una orden de alejamiento sobre la mujer y el bebé.

Erkoreka ha explicado que la Ertzaintza abrió de oficio una investigación interna para ver si hubo fallos en la comunicación entre el centro y la propia Policía, y ha dicho que independientemente de su resolución se está trabajando ya en la mejora los protocolos de actuación.

Ha informado de que la Policía vasca tiene un equipo de análisis específico para los casos de violencia machista que hace una "revisión continua" de los protocolos para mejorarlos.

Se ha referido específicamente a los casos, como este de Gipuzkoa o el del asesinato de una mujer en Vitoria-Gasteiz el 23 de mayo pasado, en los que la mujer es "reticente a colaborar" con las órdenes de protección y consienten el contacto con sus agresores.

Dependencia de sus agresores

El consejero ha reconocido que va a ser necesario "intensificar" las medidas de protección en unos casos en lo que hay una "alta dependencia" de las mujeres de sus agresores, una dependencia emocional, económica o por descendencia en común.

Ha adelantado que ese equipo específico de la Ertzaintza está reflexionando sobre la posibilidad de "explorar medidas de control directo sobre el agresor", aunque en esto hay que tener un "especial tiento dada la complejidad jurídica" de esta medida.

Por ello, cuando la víctima se muestre reticente a colaborar o facilite el acercamiento a su agresor, la Ertzaintza lo entenderá como un indicio de un mayor riesgo para su integridad, sobre todo en aquellos casos calificados de riesgo alto y especial.

297 casos graves

Actualmente la Ertzaintza vigila a 92 maltratadores que cumplen medidas de alejamiento por orden judicial controladas con pulseras telemáticas: 36 en Bizkaia, 19 en Araba y 37 en Gipuzkoa.

Otra de las previsiones es la reforma de las medidas ya existentes, como mejorar las contravigilancias policiales.

Erkoreka ha recordado que estos casos, el de Gipuzkoa y el asesinato de Vitoria-Gasteiz, son dos entre las 3.629 mujeres sobre las que se ha dispuesto una orden judicial de protección.

Este grupo de mujeres se encuentran entre las 5.588 sobre las que la Ertzaintza mantiene algún tipo de protección en Euskadi por ser víctimas de violencia machista. De estas, 297 son casos graves, registrados como de riesgo alto o especial.

Ante las peticiones de depurar responsabilidades por estos dos casos, el consejero ha dicho que "tanto o más importante" que esto es  "revisar los protocolos de actuación cuando se detecta que son mejorable", y en eso está la Ertzaintza.