Nueve de las once localidades de Enkarterri se mantuvieron fieles al PNV el domingo. Las otras dos, Alonsotegi y Sopuerta, consolidaron los vuelcos que se produjeron en las elecciones municipales y depositaron su confianza en EH Bildu, aunque por márgenes no tan holgados como las mayorías absolutas que les permitieron liderar gobiernos en solitario en ambos ayuntamientos.

En Balmaseda, la formación jeltzale aventajó a EH Bildu en casi el doble de votos. El PSE, socio al frente de la villa de nuevo desde el pasado mes de mayo, se dejó algo más de sesenta apoyos, mientras que el desgaste de Elkarrekin Podemos se reparte entre la irrupción de Sumar y la coalición independentista.

En Zalla, el PNV amplía su margen en 362 votos, con crecimientos también de EH Bildu y el PSE. En la legislatura que afronta sus últimos coletazos el municipio ha asistido a la materialización de proyectos largamente esperados, como el centro comarcal de especialidades sanitarias –que visitó Iñigo Urkullu en febrero–, la culminación de las obras de defensa contra inundaciones en el núcleo central de Mimetiz y el diseño de las de Aranguren, la supresión de los pasos a nivel en este núcleo urbano, el centro artístico de La Guata en una antigua fábrica al lado de las vías que todavía lo parten en dos y la estación de ITV en el polígono de Longar. Hace un año el PNV logró más votos, pero el empate a concejales con Zalla Bai otorgó la llave de la gobernabilidad a EH Bildu, que apoyó a la plataforma ciudadana.

En ausencia del grupo vecinal Karrantza Zabala, al mando del Consistorio desde una moción de censura en 2012 y con mayorías absolutas en las sucesivas convocatorias a las urnas, el PNV sigue como primera fuerza resistiendo el empuje de EH Bildu, que contabilizó un 40% más de votos que hace cuatro años, beneficiado por la pérdida del 74% de los sufragios por parte de Elkarrekin Podemos.

En Enkarterri EH Bildu gobierna en Alonsotegi y Sopuerta desde 2023 y se consolida como la fuerza más votada en ambos municipios. En la localidad natal del todavía lehendakari tan sólo 16 votos la separaron del PNV –en 2020 fueron 177 a la inversa, con ventaja jeltzale–. En Sopuerta, la diferencia favorable a EH Bildu se concretó en 27 votos: un 31% más por el 26% que perdió el PNV. Se anotaron 136 votos nulos, por los 24 de hace cuatro años. Y es que hubo vecinos y vecinas que hicieron constar en sus papeletas su rechazo al centro de menores ya abierto en el municipio.

El PNV revalidó su hegemonía también en Güeñes, Galdames, Gordexola, Artzentales, Lanestosa y Turtzioz –en este caso por un aplastante 68% versus 20%–.