Ante una derrota sin paliativos como la que sufrió Elkarrekin Podemos el pasado domingo no caben medias tintas. Así lo admitieron representantes de este espacio en Euskadi y en el Estado, después de que la formación morada irrumpiera como un ciclón erigiéndose en primera fuerza en las elecciones generales de 2015 y 2016 en la CAV, y tras los 11 parlamentarios que cosechó en las autonómicas de 2016. En la pasada legislatura contaba con 6 y después de este domingo ha perdido toda representación, por lo que la consigna ayer era lamerse las heridas, por un lado, y redoblar el trabajo desde los municipios, donde siguen estando presentes en algunos ayuntamientos, para reflotar a la llamada izquierda confederal.

La secretaria general de Podemos Euskadi, Pilar Garrido, lamentó que los votantes de izquierdas “castigan siempre la fragmentación y la división” después de que no fuera posible el acuerdo con Sumar para concurrir juntos a los comicios. Entrevistada en Radio Euskadi, dijo que “Elkarrekin Podemos era un proyecto consolidado en Euskadi, con diez años de trabajo y lo suyo hubiera sido afrontar la contienda electoral unidos”. Esta posibilidad no fructificó al ser imposible abstraerse de sus diferencias a nivel estatal.

Por ello, Garrido apostó de cara al futuro por hacer un “buen trabajo” en aquellas instituciones en las que mantiene representación, practicar “mucho municipalismo y seguir empujando el proyecto de Elkarrekin Podemos, ya que la ciudadanía vasca lo necesita”.

El secretario de Organización y portavoz estatal de Podemos, Pablo Fernández, asumió por su parte el “mal resultado” cosechado en estos comicios, y aseguró que continuarán trabajando para que su proyecto sea “más sólido” y capaz de convencer. “No hemos conseguido la confianza para seguir empujando nuestro proyecto, pero toca continuar”, manifestó.