De cero a cien en un día. Lo que estaba resultado una campaña plana por cuestiones sobre todo externas a la misma dio un vuelco el pasado martes por las reacciones a la negativa del candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, a calificar a ETA como grupo terrorista, y por la agresión sufrida por el aspirante del PNV a lehendakari, Imanol Pradales, en Barakaldo. La coalición que lidera Arnaldo Otegi se revolvió ayer miércoles contra la primera cuestión, que achacó al “miedo al cambio político”, a tenor de las encuestas que la sitúan como primera fuerza.

Fue el propio Otxandiano el que, en un mitin celebrado en Santurtzi, afirmó que “los ataques desmedidos de algunos nos confirman su miedo al cambio político. Nos confirman que es posible porque éste es un país en marcha. Pese a los obstáculos, este país se mueve”. “¡Que la ilusión no sucumba al miedo! ¡Sonreíd!”, exhortó.

Otegi también participó en ese acto político, donde aseguró que “hay quienes generan ceremonias de la confusión y extienden tintas de calamar para no hablar de sus responsabilidades en la situación actual de decadencia en los servicios públicos y la desatención de los problemas de la gente”. Llamó además a los suyos a “no despistarnos”. “Gu gurera”, dijo Otegi, “nosotros a lo nuestro”, ya que sobre EH Bildu descansa, a su juicio, “la responsabilidad histórica de todo un proyecto de país y cada vez somos más”. “Y vamos a seguir siendo más”, concluyó.

Mientras, la intervención de Otxandiano en la Ser, donde se limitó a calificar a ETA de “grupo armado” y aseguró que “se puede discutir qué es terrorismo o no”, siguió trayendo cola ayer. El más contundente fue el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que retó al PSOE a romper todos sus acuerdos con EH Bildu y firmar ante notario un compromiso de no pactar con la coalición “en ninguna institución” si no condena a ETA. La ministra de Sanidad, Mónica García, calificó las palabras de Otxandiano de “reprobables” y “condenables”.