Es acercarse el fin de semana y Euskadi multiplica su atractivo para visitantes foráneos. Ayer mismo, Pablo Iglesias, que se supone alejado de la política, sin cargo en Podemos y dedicado a la hostelería y los medios de comunicación, saltó para acompañar a Miren Gorrotxategi en sus actos de campaña. Es muy obvio que el tirón que les dio en su día en Euskadi la imagen del exvicepresidente español no la ha vuelto a tener la denominada izquierda federal. Si consigue hacer creer que le están votando de nuevo a él, aspira a mejorar las mermadas expectativas electorales que han devuelto a Miren Gorrotxategi a reivindicar el uso de la pancarta, tradicional en las fuerzas extraparlamentarias. Sin embargo, lo más significativo que trajo ayer solo sirvió para hacerle la campaña a EH Bildu. Iglesias dice que presionando a Sánchez -no será con los cuatro escaños que tiene Podemos en el Congreso- se puede romper un acuerdo PNV-PSE para que haya un “gobierno de izquierdas”. O sea, de Pello Otxandiano. 

Con ese mensaje también está dando la razón al PNV. Imanol Pradales viene advirtiendo que el día 21 debería salir de las urnas un buen resultado del PNV que evite tentaciones al PSE de dejarse morir en brazos de Bildu, como parecen dispuestos a hacer hoy Sumar y Podemos y ya hicieron en su día Eusko Alkartasuna, Alternatiba y Aralar en la coalición dirigida por Sortu. El candidato jeltzale sigue explorando su faceta deportiva y ayer se comprometió in situ con la Ciudad Deportiva de Anoeta y reivindicó el talento de los jóvenes al pedir que las empresas cuiden las condiciones laborales de la que es su cantera profesional y aún le dio tiempo para recordar en Laudio que la riqueza que se reparte hay que crearla antes.

Curiosamente, en el proceso de fractura de las izquierdas españolas perseveran en hacerse codos para acreditar quién está más en contra de los jeltzales y con este modelo de país. En Sumar lo dijeron ayer Alba García y Andeka Larrea: son antagónicos con el PNV. No citan ejemplos de modelo alternativo para comparar sus cotas de bienestar y las nuestras.

Mientras Iglesias le hacía la campaña a Bildu, las candidatas de esta coalición en Araba Itxaso Etxeberria y Eva López de Arroyabe sustituían a Otxandiano -al que exhiben con cuentagotas, ayer solo en Gernika- en el discurso de la soberanía alimentaria: un modelo agroecológico del que no nos cuentan nunca cuánta producción genera y a cuántos vascos y vascas está en disposición de alimentar ni si evitará que la soberanía alimentaria la tengamos que importar de otro lado, como la soberanía energética.

Hablando de política energética, el candidato del PSE Denis Itxaso puso en manos de los bancos la financiación de la transición en Euskadi hacia la energía verde. que acompañen a las empresas en el empeño facilitando su financiación. Yo se lo firmo. Ellos, no sé.

También ha descubierto ahora la energía renovable el candidato del PP. Javier De Andrés hizo ayer una inequívoca apuesta por la energía eólica en Araba y lamentó que no se haya desarrollado más en el pasado. No aclaró por qué no se le ocurrió preguntar al respecto al primo de Rajoy y a otros negacionistas del cambio climático en su partido. La suma de mensajes de cada candidato daría para un pentapartito desde el PP a Bildu con el denominador común de borrar al PNV de la ecuación de gobernar. ¡Ojo! que, en Italia, una comunidad de intereses así acabó hace décadas con casi todos en la trena.