Con el espectacular Adarra a un lado y el macizo de Hernio cuya cumbre principal le da nombre al mismo y donde se encuentra la famosa cruz al otro, el macizo de Andatza situado en medio queda empequeñecido y no tan frecuentado. Hoy proponemos una ruta por el mismo para descubrir sus secretos.

 DATOS PRINCIPALES  

·        Kilómetros: 20,92 km

·        Desnivel positivo: 774+ 

·        Duración: corriendo 2:35h / Caminar - correr: 3:15h / Senderismo 4:00h

LLEGADA AL PUNTO DE PARTIDA 

·        Desde Donostia salimos por la parte sur para tomar la GI-20. Salimos en la 13 donde accedemos a la N-1, por la cual vamos hasta dejarla en la salida 447, en nuestro destino.

·        Desde Bilbao, salimos dirección Donostia por la AP-8 hasta la salida 13 donde seguimos las indicaciones anteriores.

·        Desde Vitoria, saliendo por la parte este accedemos a la N-104. Pasado Argomaniz nos incorporamos a la N-1 la cual abandonamos en la salida 445, ya en Andoain

·        Desde Pamplona, por la A-15 y la A-10 llegamos a Alsasua donde cogemos la N-1 sentido Donostia. Seguimos hasta nuestro destino en la salida 445.

DESCRIPCIÓN  

El macizo de Andatza es una prolongación del macizo del Hernio, ya que parte del puerto de Andatzarrate y va por el norte hasta Usurbil y por el este hacia Andoain. Es esta última parte del macizo, la que termina con la doble cumbre de Belkoain y el recóndito valle que lo rodea por todas sus vertientes, la que vamos a recorrer en esta ruta. Partimos de la localidad guipuzcoana de Andoain, en dirección oeste hacia las faldas del Belkoain. Para ello una vez superado el río Oria nos aproximamos al barrio de Buruntza para, por asfalto, poco a poco, encarar las primeras rampas. A nuestra derecha, en todo momento podemos observar las verdes laderas del monte que será nuestro destino final.

Al fondo el macizo de Hernio Gonzalo Pérez Zunzunegui

Ya en Sorabilla, antes de internarnos en el bosque y atravesar la erreka de Elordika, con los metros que hemos subido se puede ver al fondo el espectacular macizo de Hernio con el collado donde se encuentran las famosas campas de Zelatun y que sirven de separación entre este y el monte Gazume.

CONSEJOS PARA REALIZAR ESTA RUTA 

Hidratación. Dos fuentes además de en Andoain es lo que encontraremos por esta ruta. También el hecho de ir cerca de un rio y largo trecho hará que el agua no nos falte.

Calzado. Incluso con tiempo seco nos vamos a encontrar alguna zona más blanda por lo que un buen taqueado en el calzado será más que recomendable.

Dificultad. Muy poca salvo la obvia de la distancia recorrida. El trayecto es por pista o senda cómoda.  

Ya en el bosque todo cambia durante unos kilómetros por completo. La amplitud y el terreno abierto por donde veníamos transitando en estos primeros andares se transforma en un terreno más propio de monte y vamos bien cobijados bajos los frondosos árboles. También se ha modificado la inclinación y encaramos unas rampas bastante exigentes. Aunque ya hemos dejado atrás las faldas de Belkoain, nos encontramos ahora en las cercanías de los montes Basopota y Añegi, que también forman parte de este cordal de Andatza, aunque en esta ocasión no subiremos hasta su cima, sino que simplemente los rodeamos buscando el núcleo urbano de Aduna.

En la parte alta de Aduna Gonzalo Pérez Zunzunegui

Una vez en Aduna, en la zona de las sidrerías, la parte alta de esta población, tomamos un desvío para, de nuevo por terreno abierto y con las vistas del ahora cercano macizo de Hernio delante, ir a la búsqueda de un nuevo bosque. De pronto, tras una bajada por terreno un poco roto, llegamos a un oasis de paz, sombra y sonidos de la naturaleza. Vamos a remontar dos arroyos que nos acompañan en todo momento a nuestra vera. Se trata del Antsibar primero y tras el tomaremos el curso del Ibiturri.

En este tramo podemos recuperar fuerzas para lo que nos viene. Aunque ya hemos realizado casi la mitad de la ruta, nos encontramos en el kilometro ocho. A partir de un giro cerrado se acaba la tranquilidad, ya que durante tres kilómetros y medio no pararemos de subir, por senda, por asfalto y por pista, en diferentes ambientes, pero todo el rato con la ruta hacia arriba.

Remontando la erreka Gonzalo Pérez Zunzunegui

El refugio de Zarateko Benta

La subida llega a su fin en el refugio de Zarateko Benta. Varios caminos, una carretera inclusive, confluyen en este punto. Tras reponer fuerzas, un pequeño repecho nos lleva al collado Zaratezarra, donde las vistas nos dejan con la boca abierta. Por primera vez desde que arrancamos vemos al fondo el mar Cantábrico, el cual llevaremos ahora durante muchos kilómetros a nuestra izquierda.

Al fondo observamos el mar Cantábrico Gonzalo Pérez Zunzunegui

Pasamos al lado de la modesta cima de Peusgarate, donde existe la curiosidad de que cerca de su cima se encuentra una piedra cenizal. Estas piedras servían para delimitar, por parte de los pastores, los seles, que eran las divisiones de pastos de aprovechamiento partículas. Bajo dicha piedra, el pastor enterraba cenizas y marcaba la parte de arriba con una estrella de cuatro u ocho puntas señalando los puntos cardinales.

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Nos adentramos ahora en un tramo por pista de unos cuatro kilómetros, donde sin apenas subida, excepto en el tramo final pasaremos por los restos del dolmen de Venta Zarate y subiremos a Txingurrigaina desde donde podremos observar nuevamente, si el tiempo lo permite, el azul del mar a su paso por la capital guipuzcoana, Donostia.

Simpática imagen de Aroa Gonzalo Pérez Zunzunegui

Llegada a la cima

Ya va quedando poco para terminar este rodeo donde hemos ganado altura lentamente. Por fin coronamos Belkoain; realmente la primera de sus dos cimas, la occidental (488 m), en la que encontramos una gran cruz. Desde aquí podemos ver la población de Andoain y detrás de ella el imponente Adarra. Tras un ligero descenso donde encontramos los restos de otro dolmen podemos hacer cima en la oriental algo mas alta que la primera (491 m).

La cruz de Belkoain Gonzalo Pérez Zunzunegui

Como en otras cumbres de Gipuzkoa rememoramos episodios de la Guerra Civil, ya que aquí en concreto se situó una línea defensiva mediante un sistema de trincheras llamado sistema de Saseta, en honor al comandante Cándido Saseta, quien contuvo el avance de los sublevados durante más de 30 días, aunque finalmente tuvo que claudicar ante la superioridad militar de los mismos. Toca bajar y no va a ser un descenso cualquiera. En unos tres kilómetros vamos a quitarnos los metros que hemos ascendido durante los últimos 14. Son 400 metros de desnivel negativo los que vamos a salvar, con tramos bastante empinados pero que no revisten de dificultad, excepto un pequeño tramo con piedras sueltas.

Bajando desde Belkoain hasta Andoain Gonzalo Pérez Zunzunegui

Finalmente llegamos de nuevo al barrio de Buruntza y posteriormente a Andoain, donde damos por finalizada esta bonita ruta en la que hemos recorrido coronando varias cimas del macizo de Andatza. Vestigios del neolítico, cruces con historia de la Guerra Civil, vistas impresionantes de colosos rocosos como Hernio y de gran belleza como la costa entre Zarautz y Donostia es lo que esconde este trozo de una Gipuzkoa no tan conocida. Por lo menos hasta hoy.

PLANES ALTERNATIVOS 

Aquí van un par de propuestas extras con las que completar nuestra jornada:

·       Recorrer la vía verde del Plazaola: Los valles del Leitzaran y Larraun, que unen tierras de Gipuzkoa y Navarra, son un auténtico santuario natural, que nos conduce hasta la cuenca de Pamplona por la vía verde. Podemos transitar a pie, mejor en bicicleta por entre las frondosas laderas de hayas y robles donde un pequeño ferrocarril de vía estrecha serpenteaba incansable hasta su clausura a mediados del siglo XX. Hoy su espectacular trazado se abre desde Andoain al paso de ciclistas y caminantes ávidos de espacios naturales casi vírgenes.

·        Turismo de sidrería: dado que puede ser época de sidra podemos acercarnos a alguna de las múltiples opciones que recoge el territorio. Por pasar al lado de ella vamos a recomendar la sidrería de Aburuza, en la población de Aduna. Dispone de una bodega con 29 kupelas, donde disfrutar tanto de la sidra natural como también el nuevo concepto de cider (MUSKER), algo que parece una cerveza y que se bebe igual. Reservas en https://www.sidrasaburuza.net/es/sidreria-aburuza/. Recomendamos en Aduna también la sidrería Zabala

que cuenta con la experiencia de muchas generaciones (más de 200 años) y el empeño en la propia plantación de manzanos y selección de la manzana.  Se trata de una sidra suave y fácil de beber. Con sólo un 6% vol. de alcohol. Reservas en https://www.rzabala.com/

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