Euskomer, en su compromiso por escuchar y entender al comercio minorista de Euskadi, ha llevado a cabo una encuesta interna en la que han participado más de 250 comercios de los tres territorios históricos. Los resultados de esta encuesta han desvelado algunos de los desafíos y retos clave a los que el sector comercial deberá enfrentarse en este próximo año.

Durante los últimos 4 años Euskomer ha realizado un trabajo muy duro para tratar de mantener el tejido comercial local y ahora se adentra en una fase de trabajar los problemas estructurales y de fondo del sector comercial.

Uno de los desafíos principales que ha desvelado la encuesta realizada y a los que se enfrentará el comercio es el cierre de muchos locales comerciales, tendencia que se viene observando en los últimos años en los tres territorios históricos. Así lo secunda también el Monitor de Indicadores de la Distribución Comercial en Euskadi (MICE), donde se estipula que en Euskadi ha habido una minoración de 1.108 establecimientos (3,08%) en el último año.

Estrechamente vinculado con el cierre de locales comerciales se encuentra el aumento de lonjas vacías. Lamentablemente, los locales vacíos generan un efecto llamada y contribuyen al deterioro del entorno urbano, creando una sensación de abandono y desolación. Así mismo, se contribuye a la pérdida de identidad del comercio local. A menudo los alquileres de locales comerciales en zonas céntricas son altos y difíciles de afrontar para pequeños comerciantes, especialmente para emprendedores que inician un nuevo negocio. Este hecho, entre otros, motiva el siguiente de los retos a los que se enfrenta el comercio minorista, la falta de relevo generacional y emprendimiento. Además, el sector comercial puede ser percibido como un negocio exigente, con gran competencia y márgenes de beneficio ajustados, por lo que los jóvenes pueden optar por emprender en otras áreas que ofrezcan un mayor equilibrio entre vida laboral y personal.

Por otro lado, Euskomer ve como prioritaria la sensibilización de los jóvenes sobre la importancia de comprar en el comercio de proximidad y el comercio de barrio. Apuesta por el trabajo conjunto con instituciones en una línea de actuación que pasa por la formación y sensibilización sobre la importancia del consumo local a distintos colectivos y especialmente a adolescentes y jóvenes imbuidos por el mundo de las nuevas tecnologías.

Otro de los principales hándicaps a los que se enfrenta el comercio este año es la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Los comercios ven con incertidumbre cómo les afectará su implantación a los establecimientos situados dentro las ZBE, y cuál será el comportamiento del consumidor ante su entrada en vigor.

Para hacer frente a estos desafíos, la confederación solicita que el comercio sea reconocido y apoyado como sector estratégico, con políticas específicas y un presupuesto acorde a su aporte al PIB y al empleo. También pide colaboración para sensibilizar a los jóvenes sobre la importancia del comercio local y que sus aportaciones sean consideradas a la hora de realizar cambios que afecten directamente al sector comercial, como lo va a hacer la próxima reforma fiscal en cuanto a IVA, bonificaciones y deducciones. Así mismo, solicita una participación en la definición y ejecución de estrategias dirigidas al sector, aprovechando su profundo conocimiento de las necesidades y retos específicos del sector comercial.