Arrinconada vicepresidenta de la Comunitat valenciana: Quizá va siendo hora de que asuma la realidad. Esto no es una despiadada persecución de la derecha desorejada. La han pillado con el carrito del helado. De hecho, hace mucho que la pillaron. Y no hablamos de que se le quedaran unos euros entre las uñas o de que mirase para otro lado en un trapicheo económico. Qué va. Hasta los fiscales más afectos a su causa la señalan por haber tratado de tapar por tierra, mar y aire los abusos sexuales cometidos por su exmarido a (por lo menos) una menor tutelada por su gobierno. Claro que si es terrible que siga en el cargo, es todavía peor que las campeonas siderales de la denuncia de la violencia machista estén con usted a piñón. Se retratan.