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El londinense enamorado de Donostia

Un hostelero acerca al barrio de Brixton el ambiente de los bares vascos

El londinense enamorado de Donostia

Paul Belcher es un londinense enamorado de Donostia y su gastronomía. Tras pasar años recorriendo el mundo y cocinando en los fogones de varios países volvió a la capital inglesa hace tres años con una idea en la mente: cocinar tapas y pintxos.

Apostó por el nombre de Donostia Social Club para mantener el nombre de la ciudad en la que “hacen algo diferente” y unirlo a la sensación que tienen los clientes que comen muy juntos en los taburetes de su camioneta mientras hablan de comida y se conocen los unos a los otros.

“La comida debería ser siempre un acto social y me gustaría mantener la idea de un bar de Euskadi, donde hay comida buena en cada rincón y además la gente charla de la vida”, explica Belcher. Con más de veinte años de experiencia a sus espaldas, Belcher abrió su primer negocio en uno de los mercados de comida más populares de Londres, el del Southbank en el sur del río Támesis. Allí van cada fin de semana con una furgoneta Citroën HY clásica pintada de blanco y azul.

“Combino mi amor por Euskadi y el deseo de servir comida vasca extraordinaria en un entorno único. Para mí es una fusión única de los mejores productos del norte de España y de la cocina francesa”, cuenta mientras atiende a un proveedor.

Lo cierto es que Londres ha pasado en los últimos años de tener una oferta de restaurantes muy limitada a ser un paraíso de la cocina con una buena representación de cada rincón del mundo y no solo los típicos pubs y restaurantes indios a los que acostumbraba. En el caso de Donostia Social Club el empujón vino de la mano de Pop Brixton, donde abrieron su segundo negocio en un entorno muy especial, hecho con contenedores de carga que se convierten en pequeños restaurantes. Además, supone un lavado para la imagen de Brixton, un barrio de clase trabajadora en el sur de Londres con uno de los índices de criminalidad más altos de la ciudad, pero donde se abren camino bares jamaicanos y latinos, a la par que se oyen acentos de todos los rincones y se da nueva vida a los espacios industriales abandonados.

Pulpo con chorizo Enfocado como nuevo destino gourmet, hace cinco meses abrieron aquí sus puertas en contenedores de llamativos colores diversos empresarios con una variada selección de restaurantes, bares bulliciosos, una casa de té japonés, y cómo no, un puñado de tiendas vintage, convertidas en un clásico del este de Londres. “Tenemos suerte de que nos dieron el mejor contenedor, es más grande que la mayoría, y estamos aquí en la primera planta con vistas al patio y sobre el resto de restaurantes”, puntualiza Belcher.

En su menú hay carnes, pescados, verduras y también postres, una riqueza de carta que no suelen tener otros puestos callejeros. Entre los platos que tienen más éxito entre la clientela (no todos son de inspiración vasca) están las carrilleras y las vieiras. Y también platos adaptados al paladar británico, como pulpo con chorizo, un ingrediente que está de moda en el paladar británico. Las paredes funcionan como pizarra para recordar que también se puede beber txakoli, pero Belcher reconoce que más que nada es para beberlo él cuando añora Donostia. Mientras, los críticos locales no dejan de aplaudirle, diciendo que una comida aquí es como “encontrarnos en Donostia” con “gloriosas patatas bravas”, “una leche frita con miel, con una receta tradicional pero a la vez humilde y divina” y apuntando a que los que van solo a beber y no prueban bocado no saben bien lo que se están perdiendo.

Donostia Social Club no se conforma con haber llegado hasta aquí y ya tiene planes para seguir expandiéndose. Será con otro par de contenedores en otra localización de la ciudad que por el momento Belcher quiere mantener en secreto.