"A los chicos peluqueros se los rifan en los salones; es como si dieran glamour"
DONOSTIA -La pasión se le desborda a Ziortza cuando habla de la peluquería y del estilismo, hasta el punto de impregnar las zonas colindantes como son la enseñanza del peinar y el reflejo fotográfico de ambos campos. Es este ímpetu el que le ha llevado a ganar el primer premio del prestigioso Concurso Revlon de fotografía en Lisboa. ¿Peluquera o estilista?
-No hay ninguna diferencia. Igual suena más chic decir estilista. Yo soy peluquera con la cabeza muy alta;
¿Dónde hizo sus primeros rizos y rulos?
-Mi amoma era la peluquera de Plentzia y solía verla peinar por las casas porque antes no había salón. Luego mis aitas se separaron, yo vivía en Bilbao y los fines de semana estaba con mi aita en su escuela Beta en Donostia; me hacían de todo en el pelo. Era la niña mimada.
¿Siempre quiso dedicarse a esto?
-Al principio no lo tenía muy claro; tan solo me gustaban mucho las manualidades. Al acabar COU ya lo ví claro; estudiaba en Bilbao y me vine a vivir a Donostia con mi aita.
¿Su mentor fue tu aita?
-Sí. A mi amoma la veía hacer cosas con mis primas, pero realmente quien me ha enseñado todo lo que sé es mi aita: Gonzalo Zarauza, un gran peluquero. Lo digo sin falsa modestia, es muy reconocido en este mundo; imparte muchos cursos por todo el Estado y en Europa.
¿En Euskadi nos peinamos bien?
- Al Norte se nos conoce por ir arreglados y bien a la moda, siguiendo la tendencia; tenemos buena fama.
Un peluquero/a tiene que estar en formación permanente ¿no?
- Todo el rato. Me gusta decirles al alumnado que por muy buena nota que saquen en el curso, esto no se acaba nunca. Llevo trabajando desde el 98-99 y no hay año que no dé dos o tres cursos. Esto es como el informático, por mucho que estudie su carrera si está tres años sin ponerse al día, de repente no sabe nada. La peluquería es igual. Hay que estar a la última porque si no te quedas desfasado.
¿Qué es lo que más le gusta de su profesión?
-Peinar me encanta, pero a mí me apasiona la enseñanza. Ver como el alumno que ha entrado hace cuatro días sin saber ni coger un cepillo va creciendo; les enseño los "truquis" y observar cómo evoluciona en esos dos años.
Cada vez se abren más peluquerías. ¿Dan para tanto?
-Todas las semanas cierra alguna. En la sociedad en la que vivimos se le da mucha importancia a la imagen; la gente se cuida mucho. Pero también se cierran muchas, porque la cosa está chunga.
La peluquería sigue estando feminizada, ¿tal vez por ello con remuneraciones bajas? ¿Cree que es así?
-Puede ser, porque el salario mínimo interprofesional en peluquería es bajísimo. Tenemos alumnos que valen mogollón, se esfuerzan, se nota que lo llevan en la sangre y no pueden independizarse con el sueldo y lo deben de compaginat con estar en un bar por las noches. Los salarios son bajos. Ahora empieza a verse mucho hombre en la profesión y parece que se llevan el gato al agua, Tenemos muchos menos alumnos chicos y en cuanto terminan el curso ya están currando. Es como si diera un toque glamouroso contar con un joven en el salón, lo cierto es que se los rifan. Es raro que al acabar no encuentre trabajo. No sé que pasa; toda la vida hemos sido nosotras y de repente parece que tienen más prestigio ellos.
¿Cuál es su sueño profesional?
-La escuela capitaneada por mi aita va a cumplir 25 años. Mi sueño es liderarla cuando haga 50 años. Coger el timón que deje mi aita.
ganadora del concurso fotográfico de la firma ' revlon' de peluquería en lisboa
Más en Vivir
-
‘Separación’, la ficción que fabula con el mundo laboral en que vivimos
-
Los principales enemigos "invisibles" de la piel este verano, según un dermatólogo
-
Esta es la espectacular ensalada clásica griega que resulta ideal para una cena ligera
-
Las claves para saber si una quemadura solar requiere atención médica