Un dicho popular afirma que "todo se pega menos la hermosura". Pues es una pena porque sería una vacuna más agradable y con mejores efectos secundarios que otras que ahora se inoculan. Y ese otro que afirma que "la belleza está en el interior" también podría tener un fondo real más allá del consuelo para los menos agraciados o para los valedores de las cualidades morales.

Un reciente estudio de la Texas Christian University publicado en una de las revistas de la Royal Society ha establecido que la hermosura facial podría estar muy relacionada con un sistema inmune fuerte ante las infecciones.

Los autores del estudio parten de que durante mucho tiempo se ha planteado la hipótesis de que el atractivo proporciona una pista sobre la salud y la inmunocompetencia de un objetivo. Por ello realizaron un análisis directo examinando la relación entre el atractivo del objetivo y la salud autoinformada, medidas in vivo de inflamación y recuento/composición de glóbulos blancos, y pruebas in vitro de objetivos. función inmunológica, incluyendo proliferación de leucocitos en respuesta a estimulantes inmunológicos, fagocitosis de biopartículas de Escherichia coli, lisis mediada por células NK de células tumorales diana, y crecimiento de Staphylococcus aureus en plasma aislado.

Los resultados revelaron relaciones múltiples, a veces diferenciadas por sexo, entre la función inmunológica de los objetivos y las percepciones de los demás sobre su atractivo. En conjunto, este trabajo sugiere relaciones complejas, a menudo diferenciadas por sexo, entre la función inmunológica, la salud y el atractivo.

El estudio y el método

La metodología se basó en la selección de 160 personas, la mitad hombres y la otra mitad mujeres a los que se fotografía de la carasin maquillaje. Estas imágenes se fueron valoradas por casi 500 personas voluntarias que evaluaron la belleza percibida de cada sujeto. Por su parte, a los sujetos estudiados se les realizaron diversos análisis de sangre y exámenes médicos.

Estos análisis revelaron una coincidencia entre los aquellos que tenían unos rasgos más bellos y una mayor cantidad de defensas inmunitarias.

Los investigadores reconocieron que los resultados son todavía parciales y advirtieron que comienza ahora un periodo de análisis más profundo para descubrir las causas que expliquen esta aparente relación.

Estándares de belleza: piel clara y labios carnosos y rojos

De hecho, uno de los puntos débiles de este estudio es que la belleza, lo que se considera hermoso tiene mucho de subjetivo y de hecho cultural, algo que sería ajeno a cuestiones fisiológicas relacionadas con el sistema inmune.

Para realizar el estudio, por ejemplo, los investigadores se han basado en los que calificaron como "estándares de belleza" y, en este sentido, decidieron incluir entre los participantes candidatos que tenían "características como la piel clara, los pómulos prominentes, los ojos brillantes y los labios carnosos y rojos ya que se han considerado atractivos a lo largo de la historia humana". También se optó con personas con simetría facial.

Este aparente sesgo debería ser corregido con otros estudios similares en entornos con otros rasgos mayoritarios diferentes.

Hallazgos y conclusiones teóricas

Descubrieron que la sangre de los participantes que tenían rasgos más atractivos tenían precisamente mayor actividad de fagocitosis. Los expertos asociaron este hecho a una mayor concentración en sangre de células inmunitarias o de un tipo concreto de defensas especializas en la eliminación de patógenos. Se trata de monocitos, macrófagos, células dendríticas y neutrófilos, las células encargadas de eliminar los cuerpos extraños que atacan al cuerpo.

Con estos resultados sobre la mesa, los responsables del estudio aventuraron que sí existía una relación aparente entre belleza percibida y la cantidad de defensas. "Los resultados de la investigación actual sugieren que el atractivo facial puede proporcionar información sobre la función inmunológica, particularmente en lo que se refiere a la capacidad de combatir de manera eficiente las amenazas bacterianas", concluyen.

Esta primera conclusión, según los científicos de la universidad tejana corresponderían con la creencia o hipótesis de que los humanos están biológicamente programados para buscar la pareja más saludable posible.

De todas formas, uno de los investigadores también advirtió que con los avances de la medicina moderna " las infecciones no son tan mortales como solían ser" por lo que ya no es tan importante elegir una pareja con niveles altos de inmunidad natural, por lo que las personas podrían "empezar a bajar sus estándares y dar una oportunidad a las personas que son menos atractivas".

Quizá aquella canción de Los Sirex que decía lo de que "que se mueran los feos" no era un deseo, era una constatación intuitiva.