Son muchos los miradores que jalonan las carreteras y caminos españoles en los que no pararse es imposible y las vistas dejan a mas de uno y de dos con la mandíbula desencajada. España atesora impresionantes paisajes y muchos de ellos se disfrutan desde las alturas, con perspectiva y profundidad.

Los cinco que aquí ofrecemos son ejemplos de distintos entornos, costeros o de montaña, urbanos o en plena naturaleza, a pie de coche o simplemente a pie. Pero todos tiene en común que nunca se olvidarán.

La bella Easo desde el monte Igeldo (San Sebastián)

Uno de los balcones de San Sebastián es el monte Igeldo. Se alza sobre la bahía de La Concha y permite una panorámica espectacular sobre la capital guipuzcoana. Es uno de los puntos más increíbles para ver en su plenitud la bahía de La Concha en San Sebastián. Su orientación hacia el Este permite asistir a amaneceres que bien merecen madrugar. Aunque la carretera que sube ofrece varios puntos de observación, especialmente a la altura del faro, es en la cumbre, donde el miniparque de atracciones, desde la vista se muestra en toda su magnitud. Para evitar problemas de aparcamiento y evitar los coches que suben y bajan si vas de peatón, el veterano funicular es una opción cómoda y asequible.

El Salto del Nervión, un río que nace hacia el vacío (Álava)

Pocos nacederos fluviales pueden competir con este paisaje alavés, en la misma muga con Burgos. El Nervión nace con el nombre de Delika y así da el salto vertical de casi 250 metros convirtiéndose en la cascada más alta de la península Ibérica. Además de contemplar el salto, el paisaje del valle a los pies de los asombrados excursionistas, el cañón del Nervión (o del Delika) esculpe un valle que poco a poco se abre hacia Orduña. Huelga decir que la primavera es el mejor momento para visitar este lugar, especialmente ahora que el deshielos de las últimas nieves está teniendo lugar.

El Mirador del Estrecho, donde África te sostiene la mirada (Cádiz)

El Parque Natural de Estrecho es prácticamente un mirador en sí mismo

. Los pajareros y ornitólogos de todo el mundo lo saben y viajan hasta aquí para presenciar la migración de las aves. Pero el que lleva el nombre oficial de Mirador del Estrecho, junto al observatorio ornitológico El Cabrito y a medio camino entre Algeciras y Tarifa, se alza casi directamente frente al marroquí el monte Musa, una de las Torres de Hércules. Los 15 kilómetros que separan las dos orillas del estrecho de Gibraltar parecen desvanecerse. El intenso tráfico marítimo resulta tan espectacular como el entorno.

Elegir observatorio para contemplar Ordesa (Huesca)

Con uno solo no alcanza. Para disfrutar del valle de Ordesa en todo su esplendor hace falta recorrer 19 kilómetros y encadenar cuatro miradores y disfrutar del Parque Natural de Ordesa. Cualquiera de los cuatro miradores que se descubren en ese recorrido, El Molar, Punta Acuta, O Tito Basto y Ziarrazalis, dejarán al caminante extasiado. A sus pies, el valle de Ordesa y al frente los principales montes del Pirineo oscense que cierran por el norte el valle y la cuenca del río Arazas.

Cuando la perspectiva da espectáculo en Zamariáin (Navarra)

A diferencia de los anteriores, este es natural, una plataforma de piedra que se proyecta sobre la Aezkoa y que permite unas fotos espectaculares que remiten a los vertiginosos paisajes escandinavos. Desde la localidad de Garayoa, un paseo fácil y tranquilo permite disfrutar de un paisaje de montaña inolvidable.