Erroiarriael paraje de Casas de IratiSendero de Interpretación de Errekaidorra

Caminamos por la pista inmersos en una imponente masa forestal en la que se funden las hayas con los abetos al tiempo que enmarcan la margen derecha del río Urbeltza. Progresamos entre pendientes muy suaves, pasamos sobre un afluente y junto al refugio libre de Urbeltza, que dejamos abajo a la derecha junto a la orilla del río.

Llegamos ante una señal que nos anuncia que el sendero que se abre por la derecha se dirige hacia la cascada del Cubo o Itsuosin. Lo seguimos y bajamos entre la arboleda de la orilla hasta el punto en el cual un pequeño graderío rocoso genera un salto de agua y su posterior poza. Volvemos al camino principal y continuamos en clara dirección hacia el norte, lo que nos lleva a afrontar pendientes de mayor desnivel.

Cuando llegamos a un alto en curva, vemos a la izquierda un espacio acondicionado en el cual nos explican cómo una de las finalidades de la madera extraída en Irati era la de construir remos de navegación. Detrás del panel que recoge los pormenores de este asunto hay un sendero que medra por el bosque. Nos unimos a él y emprendemos el ascenso.

La espesa capa de hojarasca alfombra el suelo del hayedo, por lo que nos dejamos guiar por el rastro del surco del camino oculto bajo la misma. Atravesamos una loma y entramos, por su costado derecho, en un angosto barranco; subimos sobre el conducto de aguas que confluye con el curso del río Urbeltza. Terminamos por desembocar en la orilla del citado arroyo, que cruzamos para remontar la ladera de enfrente gracias a un par de zetas largas, con lo que dejamos el surco del arroyo atrás. Rápidamente recalamos en el collado (1.070 m, 1 h) del monte Lizardoia (1.199 m), a cuya derecha vemos los restos de un antiguo refugio forestal, mientras que por la izquierda se extiende la ladera hacia la cumbre.

Obviamos ambas direcciones y cruzamos el collado, giramos a la izquierda y esquivamos la ladera tendida por el hayedo hacia Lizardoia, con lo que seguimos el sendero que faldea la parte derecha de esta misma ladera. Después de un tramo por el estrecho sendero, que nos ayuda a faldear el precioso hayedo de Lizardoia, se torna más ancho y asciende de manera más pronunciada, con un desnivel más acusado.

Así, a orillas del río Murgatzagi, llegamos a una confluencia con un camino forestal, al cual entramos por la izquierda, y bajamos suavemente parejos al curso fluvial. Más adelante, se presenta la posibilidad de cambiar de orilla para unirnos a una senda que discurre por la margen opuesta, pero no aceptamos la invitación, seguimos por el mismo camino por el cual venimos. Aparecemos más adelante en el cruce con otro camino, que al seguirlo una veintena de metros por la izquierda desembocamos junto al puente de Egurgi (815 m, 1 h 45 min).

No cruzamos el puente, a no ser que queramos darle la vuelta entera al embalse de Irabia. En el entorno del puente se reúnen una serie de arroyos que se unen y alimentan un único canal que desemboca en el embalse de Irabia. Seguimos la pista de la izquierda que serpentea junto a la orilla del embalse, a nuestra derecha.

Desde dicho punto en adelante, para retornar a Casas de Irati, no hay más que seguir el camino principal, que apenas presenta un par de repechos leves, pero que tiene una distancia relevante hasta el punto de partida. A lo largo del recorrido hallamos algunos desvíos propuestos por el SL 53 C y el SL NA 63 A, que evitamos en todo momento, y concluimos el bucle a través del sinuoso trazado de la pista que mimetiza el dibujo curvado del río Irati antes de desembolsar en el embalse.

Uno de los atractivos del sector más occidental de la cordillera es su condición boscosa, con grandes extensiones arbóreas que alcanzan la designación de "selva", como es el caso de los hayedos y abetales que inundan los dominios de Irati. No es el único lugar, ni mucho menos. También hay una un manto forestal impresionante en Kintoa [Quinto Real], y otro tanto en los pliegues meridionales de Aiako Harria.

La combinación de estos bosques con las bolsas de agua represadas, dado que en estas latitudes no hay lagos de origen natural, conceden otro tipo de paisaje. En este es posible un puzzle de colorines en el que se confunde el reflejo de las aguas con la imagen de lo proyectado a estas. Si además es otoño, el espectáculo cromático es inigualable.

La carretera que cruza la sierra de Abodi por el Paso de Tapla y que parte desde Otsagabia nos acerca hasta Casas de Irati.

Camping de Osate (Otsagabia). Tel. 948 890 184. campingosate.net.

370 m.

3 horas 15 min.

Irati. Escala 1:25.000. Ed. Sua.

Rutas a foces, gargantas y desfiladeros

DEL LIBRO: Esencia líquida. Rutas a lagos de montaña de los Pirineos

TEXTO Y FOTOS: Argiñe Areitio y Gorka López