Tradición y modernidad convergen en el catálogo motriz del Astra. Conforman el reparto cinco candidaturas. Son tres contrastadas y eficientes propuestas clásicas de combustión, una a gasóleo y dos de gasolina, que convivirán con dos modernas soluciones mixtas, con hibridación enchufable.

Opel ofrece estas últimas bajo la denominación genérica PHEV, acrónimo de la expresión inglesa Plug-in Hybrid Electric Vehicle, que alude al sistema de electrificación parcial recargable en la red utilizado. Esta motorización, compartida por varios productos de las distintas marcas del grupo Stellantis, adopta dos modalidades. Ambas combinan un bloque eléctrico de 110 CV, alimentado por una batería de 12,4 kWh, con un motor de gasolina, que puede suministrar 150 o 180 CV. Con el primero obtiene un rendimiento conjunto de 180 CV, y hace posible rodar hasta 60 km en modo exclusivamente eléctrico. La variante más solvente, que estará disponible después del verano, brinda una potencia total de 225 CV. La caja de cambios es automática, de ocho relaciones, en los dos casos.

Estas variantes PHEV confirman el rumbo a la electrificación fijado por la marca germana, que anuncia para el año que viene una interpretación del modelo con impulsión 100% eléctrica. Ese Astra-e dispondrá de un motor de 154 CV y de una batería de 54 kWh, con lo que su autonomía rondará los 400 km. Podrá abastecerse en menos de media hora conectado a puntos de recarga de alta potencia.

La gama del Opel Astra se completa con la aportación de solventes y austeras motorizaciones tradicionales de combustión. Plantea, por un lado, dos vertientes del bloque tricilíndrico 1.2 de gasolina, una con 110 y otra de 130 CV. A ellas suma la afinada mecánica diésel 1.5 de cuatro cilindros, con 130 CV.