EL proyecto Sportage ha ido cosechando constantes adhesiones a lo largo de sus einte años de vida, especialmente en la época más reciente, en la que se ha codeado con los mejores SUV. La renovación completa recién estrenada convierte al sucesor homónimo en uno de los claros referentes de la categoría. Por diseño, aportación tecnológica y relación calidadprecio, el Sportage actual es un acierto seguro. Kia lo ofrece con casi todas las modalidades de impulsión, tanto de combustión a gasolina o diésel como con hibridación, bien ligera, convencional o enchufable. Está disponible con tracción delantera o total, con transmisión manual y automática, en cuatro definiciones de producto sucesivas. La ejecución más sencilla se puede conseguir por 23.500 euros.

El modelo llega decidido a discutir la actual jerarquía del mercado y apunta a lo más alto. Desde luego, reúne méritos para oponerse a los primeros de la clase, entre los cuales figura su primo el Tucson. El candidato de Kia presenta un tamaño y una hechura semejantes a las de su antecesor. Ocupa 4,51 metros de largo, pero estiliza su figura recortando

unos milímetros la anchura y la altura, y ampliando algo la separación de los ejes.

Gracias a su moderna concepción, el Sportage presenta una cabina amplia, acogedora y confortable. Exhibe un moderno puesto de mandos, con un juego de dos pantallas táctiles e idéntica medida (12,3 pulgadas); la que asoma tras el volante hace las veces de cuadro de instrumentos, mientras que la central controla las funciones del sistema multimedia (conectividad, navegación, etc.). Uno de los puntos fuertes del modelo es la buena habitabilidad de las plazas traseras; también destaca la capacidad del maletero, que brinda entre 546 y 620 litros, dependiendo de la motorización.

El Sportage transmite una nítida impresión de calidad, sensación inicial que se intensifica a medida que se eligen puestas en escena más ambiciosas y, claro está, más costosas. La marca euroasiática propone cuatro terminaciones sucesivas para el nuevo SUV -Concept, Drive, Tech y GTline-, que van refinando los ingredientes y la ornamentación, además de aumentar las dotaciones de seguridad y confort. Las variantes más sofisticadas y completas cumplen requisitos premium y disponen de todo tipo de recursos, entre ellos avanzados sistemas de asistencia a la conducción.

Protagonismo de la electrificación

El Sportage se hace eco de la tendencia a la electrificación. Ello no impide a Kia conservar en su catálogo propuestas

tradicionales a gasolina y gasóleo, para las que considera que aún existe público. La nueva generación del SUV incorpora, por primera vez, una variante íbrida enchufable, que acompaña a una con impulsión mixta sin cable. En ambas el motor de gasolina (180 CV) recibe apoyo de un bloque eléctrico asistido por una batería.

Estos dos últimos componentes son más potentes en la declinación que se reabastece en la red. Gracias a ello suministra una potencia total de 265 CV, por los 230 de la que se recarga sobre la marcha. La gama Sportage contiene asimismo motorizaciones térmicas: diésel de 115 y 136 CV, y gasolina con 150 y 180 CV. Salvo la más modesta a gasóleo y una variante del menor a gasolina, llevan hibridación ligera para reducir el consumo y las emisiones.

Dependiendo de la motorización, el Sportage monta caja manual y tracción delantera, transmisión automática y/o tracción integral. Kia considera que aún hay clientela para diésel y gasolina. El nuevo Sportage mantiene la talla (4,51 m.) pero estiliza su figura de acuerdo al moderno código estético de Kia.