Apremiado a decir adiós a los coches de toda la vida para reemplazarlos por modelos eléctricos, el público presta una atención progresiva a las propuestas de este tipo que llegan al mercado. Sobre todo si son tan espectaculares como esta que expone BMW. Ahora bien, la popularización de la electrificación no pasa por el éxito circunstancial de candidatos como el iX, un producto exquisito y exclusivo, fuera de la órbita de la clientela media. Su función es más cualitativa que cuantitativa: no viene a sumar matriculaciones, sino a inspirar y señalar el camino.

Lo hace con una fórmula que combina diseño arrebatador, tecnología convincente y precio acorde a tanta excelencia. El iX es un coloso SUV de figura impactante cuyo primoroso diseño -más conmovedor de frente que de espaldas- sugiere un tamaño superior al real, algo menor al del X5. El recién llegado, que está construido en acero y aluminio, ocupa casi cinco metros de largo (4,95), no llega a dos de ancho (1,97 m), deja tres de separación entre ejes y sitúa su techo a 1,70 m.

La sensación de corpulencia que genera quizá obedezca al distinguido y poderoso semblante, que confiere aire de prototipo y depara un excelente coeficiente aerodinámico. En consonancia con la particular silueta, el iX presenta una concepción interior absolutamente singular.

La cabina, a la que se accede pulsando un botón (carece de tiradores de puerta), es un espacio diáfano caracterizado por un refinamiento minimalista, casi zen; ya se sabe, menos es más. Llama la atención de ella el depurado diseño del puesto de mandos, desprovisto de cuanto pueda resultar superfluo. En realidad, BMW reduce la instrumentación a un panel panorámico que parece flotar sobre el salpicadero. Contiene dos pantallas de alta definición, una de 12,3 pulgadas a modo de cuadro de instrumentos y otra central de 14,9 para gestionar las funciones vitales del vehículo. Entre las peculiaridades del modelo destaca su aparatoso volante, inusualmente grueso, que da forma hexagonal al tradicional aro.

El iX puede acomodar en su seno hasta cinco adultos de talla XL; sorprende la buena habitabilidad que ofrecen las plazas posteriores, con razonable espacio para las piernas y desahogo a la altura de la cabeza. Tras ellas aparece un portaequipaje de proporciones regulares y correcta capacidad (500 litros).

BMW equipa al innovador SUV eléctrico con un cúmulo de recursos funcionales, de seguridad y confort. También procura un surtido de avanzadas ayudas electrónicas, que sitúan al modelo en las inmediaciones del nivel 3 de conducción autónoma; el iX estrena un innovador sistema operativo y dispone de conectividad 5G. El copioso listado de unos y otras, acorde al contundente desembolso exigido, supera con creces las dotaciones medias de los modelos de la marca.