A electrificación se antoja imparable. Más aún tras la reciente decisión de las autoridades europeas de fijar en 2035 la fecha de caducidad para la producción de automóviles con motores térmicos. Será el principio del fin de los coches diésel y gasolina de toda la vida. Lo saben fabricantes como BMW, que lleva tiempo acometiendo la transición energética de sus métodos productivos y de su gama de modelos. Fruto de esa estrategia, toma tierra en el mercado el iX3, declinación del todocamino intermedio provista de propulsión 100% eléctrica. Equipa un motor con 286 CV alimentado por una batería de 80 kWh que, además de una considerable solvencia de movimientos, brinda una autonomía máxima de 460 km. BMW pertrecha el nuevo iX3 con una esplendidez acorde al precio exigido: desde 73.200 euros, antes de contabilizar posibles descuentos y subvenciones.
La incorporación de esta variante convierte al X3 en el primer vehículo de la casa disponible en cuatro fórmulas de impulsión: gasolina, diésel, híbrida enchufable y exclusivamente a pilas. Aunque juega en la liga de los eléctricos puros, que por ahora tiene tantos seguidores como la de bádminton, el iX3 apenas difiere estéticamente del resto de variantes del modelo original, excepción hecha de algunas pinceladas decorativas. Su singularidad es estrictamente técnica y emana del sistema motriz que lo anima.
La constante evolución de esta modalidad de impulsión permite agrupar en una unidad central el motor, la electrónica de potencia y la transmisión. La batería de quinta generación BMW eDrive, beneficiada de los últimos avances en tecnología de celdas, brinda una energía bruta de 80 kWh (73,8 netos) y garantiza una autonomía de hasta 460 kilómetros según la homologación WLTP. El bloque eléctrico que mueve al BMW iX3 procura una potencia máxima de 210 kW, equivalentes a 286 CV, y un par máximo de 400 Nm. Esa energía se transfiere a las ruedas traseras por medio de una caja automática. Permite progresar de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos; un X3 xDrive30i a gasolina, con cuatro ruedas motrices y 252 CV, necesita 6,4 segundos. La velocidad máxima queda limitada electrónicamente a 180 km/h.
El comportamiento dinámico resulta realmente satisfactorio, ya sea en una conducción cotidiana normalmente sosegada o en esos momentos y estados de ánimo que inducen a explorar los límites del iX3 pisando el acelerador. Eso sí, hacerlo con asiduidad también acelera el consumo, recortando sustancialmente los movimientos del vehículo.
El modelo ofrece un programa con distintos modos de respuesta personalizables. Uno prima la eficiencia energética y medioambiental, regenerando la batería para estirar la autonomía; otro fomenta el confort de utilización, mientras el tercero exprime el potencial para satisfacer a quien gusta de reacciones más vertiginosas. La suspensión adaptativa, incluida de serie, contribuye a alcanzar una buena armonía entre deportividad y comodidad.
El iX3 puede reabastecer su batería en estaciones de carga rápida de corriente continua de hasta 150 kW. En esas circunstancias repone el 80 % de su contenido en 34 minutos; 10 minutos de conexión bastan para obtener unos 100 kilómetros de autonomía (bajo ciclo WLTP). Enchufado a una toma de corriente alterna de 11 kW, necesita más de siete horas para recargar completamente el contenido del acumulador. Los clientes que se decanten por el BMW iX3 tendrán acceso a tarifas reducidas en las estaciones de carga rápida IONITY.
BMW adjudica a esta derivada 100% eléctrica del X3 dos definiciones de producto. La menos costosa reclama 73.200 euros y recibe un equipamiento abundante: pintura metalizada, faros LED, climatizador automático de tres zonas, portón trasero con accionamiento eléctrico, techo solar panorámico, Driving Assistant Professional e iluminación de ambiente. La terminación superior (desde 77.650 euros) enriquece sus dotaciones sumando llantas de aleación de 20 pulgadas, cristales de confort acústico, asientos deportivos, tapicería de cuero, Head-Up Display, asistente de aparcamiento Plus y equipo de sonido envolvente Harman Kardon.
