L Sorento, modelo global que culmina la gama SUV de Kia, completa su reparto poniendo en escena la interpretación PHEV, provista de sistema de impulsión híbrida enchufable. Por más que esta combinación de envase y motorización parezca lógica en un mercado prendado del estilo todoterreno y cada vez más volcado hacia la electrificación, lo cierto es que la propuesta de la casa surcoreana resulta bastante singular. Apenas hay SUV de gran talla con siete plazas propulsados por mecánica termoeléctrica recargable en la red. Ninguno ofrece la relación calidad-precio de este completo, solvente y pulcro Sorento, promocionado desde 45.500 euros.

El mayúsculo modelo (alcanza 4,81 metros de eslora) incorpora ahora esta variante provista de sistema de impulsión mixta recargable en la red eléctrica. La vincula a transmisión automática, a tracción 4WD inteligente con gestor electrónico de modos de conducción y a configuración interior para siete ocupantes. Una vez extraída de su alojamiento en el piso, la tercera línea adicional de asientos ocupa buena parte de los 604 litros del cofre de carga; cuando permanece replegada y la segunda línea de butacas se adelanta, el maletero del vehículo ofrece 809 litros.

El catálogo del Sorento planteaba hasta ahora dos fórmulas motrices. Una emplea un corazón diésel 2.2 CRDi (200 CV), mientras que la otra (230 CV) pone a trabajar en paralelo un bloque de gasolina 1.6 T-GDi y otro eléctrico. La nueva declinación PHEV añade a la hibridación dos ventajas derivadas de su facultad de recargar la batería en la red. La primera radica en la oportunidad de rodar brevemente -hasta 57 km- en modo 100% eléctrico, sin expeler dióxido de carbono por el tubo de escape. La segunda se deriva de esta posibilidad y consiste en la etiqueta medioambiental 0, que en otras comunidades depara ciertas prerrogativas económicas y de libre circulación (la versión HEV se conforma con el distintivo Eco).

Al margen de estos beneficios, el valor añadido del Sorento enchufable respecto al híbrido a secas solo se percibe y rentabiliza al aprovechar ese aporte de autonomía eléctrica. En un desplazamiento por carretera las diferencias tienden a difuminarse. El plus de potencia del PHEV no contrarresta del todo sus más de trescientos kilos de sobrepeso respecto al HEV, por lo que el rendimiento dinámico de ambos tiende a equipararse; y cuando el híbrido convencional carece de la tracción 4x4 que el enchufable incorpora de serie, llega a cobrar ventaja.

Ahora bien, la facultad del PHEV de desplazarse empleando únicamente impulsión eléctrica cambia la perspectiva, debido a los reducidos costes y las nulas emisiones que comportan esos 57 km que promete (70 en ciudad). El Sorento recargable se convierte así en un automóvil familiar idóneo, y fácilmente amortizable, para quienes residen en la periferia de cualquier gran urbe a la que necesitan acceder con asiduidad. En especial si cuentan en su domicilio, o en las inmediaciones del mismo, con un punto de recarga eléctrica para reabastecer a diario la batería. Esta operación requiere tres horas y media de conexión a un cargador de 3,3 kW; reponer su contenido en una toma doméstica de 2,3 kW comporta cerca de cinco horas de inmovilización.

El más solvente y limpio de los Sorento esconde en su seno una compleja y eficiente combinación motriz. En ella cobra protagonismo el bloque 1.6 T-GDi, un cuatro cilindros con inyección directa de gasolina y sobrealimentación por turbo que rinde 180 CV. Su cómplice es un motor eléctrico de 66,9 kW, surtido por una batería de polímero de iones de litio de 13,8 kWh. La cooperación de estos elementos depara 265 CV y 350 Nm de par.

Dicha energía permite alcanzar una velocidad máxima de 193 km/h. También hace posible acelerar de 0 a 100 km/h en 8,7 segundos, breve lapso que da una idea del temperamento solvente pero no vertiginoso del Sorento. Los registros de homologación WLTP evidencian un consumo medio combinado de gasolina de 1,58 litros y un gasto eléctrico de 18,4 kWh a los cien. El promedio oficial de emisiones de CO2 se queda en 38 g/km .