Bilbao - El reparto motriz inicial al servicio del GLB contiene dos propuestas diésel y dos de gasolina, todas de cuatro cilindros y reciente puesta al día. Pronto se sumará al catálogo un tercer propulsor a gasolina más solvente, con el temperamento que siempre comportan las siglas AMG. Cabe pensar que, más adelante, la casa alemana asignará al modelo nuevas motorizaciones, entre las que sin duda se contemplarán variantes con distintos métodos de electrificación.

De momento, la clientela partidaria de la gasolina puede optar entre dos unidades diferentes. De un lado figura el bloque de 1.332, que rinde 163 CV y se vincula a caja automática de siete relaciones; reclama al menos 6 litros de promedio y expele 142 g/km de CO2. Por encima aparece el motor de dos litros y 224 CV asociado a caja automática de ocho marchas. Sus credenciales oficiales mencionan un consumo medio ideal de 7,2 litros y unas emisiones mínimas de dióxido de carbono de 165 g/km. La próxima interpretación AMG extrae 306 CV al mismo propulsor de 1.991 CC.

La faceta diésel plantea dos desarrollos del motor de 1.950 CC. El menos solvente, que aporta 150 CV, dice conformarse con 5 litros de media y emitir 133 g/km. La alternativa más ágil suministra 190 CV, homologa un promedio mínimo de gasto de 5,3 litros y segrega 146 gramos por kilómetro de CO2. - J. A. M