El teléfono de la recepción de un hotel suena una media de cuatro veces por minuto aproximadamente.

Seguramente, alguna vez has tenido que llamar al hotel donde te alojabas por haber olvidado algo.

Un cargador de móvil, una bolsa de souvenirs o algún objeto de valor personal. Pero, ¿qué ocurre con las cosas que se olvidan?. Respuestas hay muchas, tantas como objetos extraviados.

Todo un mundo de posibilidades

Y, es, que, no deberíamos tener vergüenza, pues nadie lleva algo a cuestas sin ninguna razón y claro está, menos en periodo vacacional.

Normalmente se tratan de objetos convencionales, sin embargo, en ciertos casos la sorpresa es imprevisible.

El hallazgo de elementos extraños, es algo que está a la orden del día.

Un repertorio un tanto atípico

Un claro ejemplo es el de la cadena de hoteles Travelodge. Una compañía de hoteles low cost, con más de 513 establecimientos en todo Reino Unido y con unos 17 millones de clientes, ha compartido una lista de los objetos olvidados más atípicos.

Urna con cenizas: Vaya sorpresa la del empleado del hotel cuando entra en la habitación y encuentra un huésped echo polvo.

La trabajadora y encargada de limpieza confundió la urna con un jarrón, por ello decidió colocar un ramo de flores dentro.

Puede parecer una broma, pero el fallecido permaneció alojado en la habitación durante tres días, aunque nadie le cobró tarifa de hospedaje. Inaudito.

Una sujeción olvidada: Puede parecer curioso como alguien, que, necesita una prótesis para llevar una vida normal, pueda olvidarla en un hotel. Pues sí, esto ocurre y de manera muy habitual.

Más del baúl de los recuerdos: Otros que pertenecen a este curioso inventario son: un título de ingeniería, un traje de novia de Swarovski (valorado en más de 50.000 euros), un guion cinematográfico, un collar de buda de 24 quilates, hasta un documento de 600.000 euros en acciones empresariales. Considerable.

Sin embargo, otros alojamientos, en este caso de mayor poder adquisitivo como el Hotel Hilton, tienen otra política de almacenamiento.

En este caso, los objetos valiosos, como joyas o dinero, deben ser guardados durante 365 días, todo ello con la idea de poder devolverlo a su propietario.

Ahora bien, si este no aparece, los objetos se entregarán al empleado que los encontró, como norma general ¿Cuestión de suerte?