Cuando el calor aprieta, no hay nada mejor que una buena fruta, si es una típica del verano, mejor. No es el caso de Euskadi este año, que no sale el sol ni por equivocación.

Aún así apetece hincarle el diente a esta sandía, suculenta y bien hermosa. No en vano, pesa 22 kilos, si damos fe de lo que nos cuenta Hassen, quien muestra orgulloso esta gigantesca vianda de su frutería de Zorrotza.